Más de una vez fue el reactivo musical que salió al rescate de miles de noctámbulos a altas horas de la madrugada, justo cuando la cabeza ya pesaba más que los pies y uno/a medita decidir abandonar la discoteca hasta otra ocasión. En ese punto sonaba el "I Will Survive" que dejaba salir al exterior los últimos gramos de energía de una clientela entregada a uno de los himnos musicales por excelencia. "Todo el mundo debería bailar porque provoca felicidad y te ayuda a olvidar los problemas", asegura la estadounidense Gloria Gaynor en una entrevista en la que avanza algunas claves del concierto que dará el 26 de mayo en el Pabellón Las Torres de Adeje: "Habrá algo viejo, algo nuevo, algo prestado... Un espectáculo nada triste", asegura sobre una actuación que estará amenizada por la voz de la tinerfeña Ricca (Esther Ovejero).

Nacida en Nueva Jersey hace 67 años, Gloria Fowles admite que crecer en un ambiente como el que se vivía en las calles de Netwark inevitablemente fue un condicionante a la hora de decidir dedicarse al mundo de la música. "Allí no era nada raro salir de casa y encontrarte a gente cantando o tocando un instrumento", recuerda una artista que ha entregado más de cinco décadas al mundo de la interpretación. Pero la música no fue siempre la primera opción para una mujer que antes de ganar gloria en los escenarios trabajó como auditora de ventas en unos grandes almacenes: "Mi madre tenía claro que el mundo del espectáculo es un negocio muy inestable y por esa razón estudié en la escuela de negocios", rescata la responsable de éxitos como "Never Can Say Goodbye", "I Am What I Am" o "Can''t Take My Eyes Off You". "Al cumplir los 17 me di cuenta de que la música se podía convertir en una forma de vida y aposté por ello", confiesa.

Lo que nunca imaginó fue que un resbalón iba a marcar el devenir de una artista que proyectó su obra al mundo. "Me caí y tuve una lesión de espalda", avanza sobre un accidente previo al nacimiento de "I Will Survive". "Me operaron y tuve que hacer rehabilitación; fue un parón terrible y tuve que estar con un corsé. A partir de ese instante apareció esta canción", concreta en un punto de la conversación en el que certifica que "en cuanto leí la canción supe que estaba hecha para mí y que podría ser un gran éxito". Gaynor, incluso, va un poco más allá para afianzar sus convicciones cristianas. "Creo que fue un regalo que me hizo Dios por alguna razón... Ese tema ha ayudado a mucha gente a olvidar sus problemas. Es maravilloso ser una inspiración para otros; ayudar a las personas a conseguir sus objetivos".

Mujer comprometida con causas complejas, Gloria Gaynor no duda en reconocer que "trato de hacer ver a las personas que han sufrido abusos sexuales que no hay nada por lo que avergonzarse, que lo que ha ocurrido no es culpa suya", incide sin apartar su mirada de unas creencias indestructibles: "No quiero perder la oportunidad de devolver a la gente un privilegio que me ha dado Dios", reivindica en las últimas reflexiones de una charla en la que, por supuesto, hay que tratar un asunto del que ella nunca ha renunciado. "No catalogo a mis fans por tipos, independientemente de sin son gays, mujeres, blancos o negros", enumera una artista que siempre busca ofrecer un instante de júbilo.