Es, sobre todo, una novela deseada. No en vano, Roberto A. Cabrera asegura que se divirtió mucho escribiéndola, quizás porque esta historia lo ha estaba aguardando. A pesar de su apariencia leve, casi envuelta en un andamiaje ligero, "Interregno. Pasión e instante en la vida de Humberto Laredo, fotógrafo" se presenta cargada de enorme hondura expresiva, crece y gana intensidad con el paso de la lectura.

Escrita con fina ironía, humor y actitud descarnada, la historia se hilvana a través de un fotógrafo que trabaja para un periódico de provincias, submundo "declinante" que caracterizan los estereotipos de los redactores jefes, la sección de Cierre y un grupo de periodistas sometidos a los que se define como "galeotes".

El autor se muestra implacable con el protagonista (también con el resto de personajes), a quien presenta, ya desde el arranque de la obra, desnudo ante el espejo, víctima de un vulgar y hasta cómico ataque de rinitis, y adornado con los atributos de la desidia y la indolencia.

De forma consciente y premeditada lo convierte en "un antihéroe, restándole solemnidad", dice Roberto, una persona que arrastra una existencia frágil, dividida entre la nostalgia de un amor que lo abandonó y lo que está por llegar, enfrascado en una relación sin horizonte.

El tratamiento de lo religioso circunda lo irreverente y se muestra como un "elemento de confrontación", explica el autor, entre la visión jerárquica y farisea, simbolizada por el Opus Dei, frente al catolicismo practicante de Gómez, un viejo y amable periodista próximo a la jubilación.

En "Interregno" se respira la sensación de un tiempo suspendido, tan solo aplazado (hasta en el caso de la misma muerte), recurso que el narrador maneja con habilidad, un instrumento que le permite generar ritmo, suspense y tensión.

Con todo, la vida de Humberto, la fragilidad del ser, lo absurdo se frustra en el momento final, en ese instante, el final de la escalera, un desenlace ciertamente tragicómico.

Nacido en 1971, Roberto A. Cabrera, licenciado en Filosofía, imparte clases en un instituto de La Palma. Entre otros galardones literarios ha logrado el premio de poesía Pedro García Cabrera (1991) y el Montblanc a la Cultura en Canarias (1993), en la modalidad de literatura. Algunos de sus poemas se han publicado en revistas españolas y francesas.

Colaboró en la edición facsímil de "El Pensador", sobre la figura de José Clavijo y Fajardo (Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, 2001), publicando en su volumen introductorio un extenso estudio crítico y un índice onomástico de la obra.

A partir del año 2000 abandona la poesía en favor de la narrativa y de ahí surge la novela "Bajo el sol de los muertos" (2015), y una narración corta "La estación extraviada" (2007). También ha cultivado la prosa breve en títulos como "Disgregario" (2002) y "Fábulas", además de "Sueños, claridades, enigmas" (2007).

El domingo, 28 de mayo, a las 20:00 horas, presentará su obra "Interregno" en el marco de la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife.

Humberto Laredo trabaja como fotógrafo en un periódico de provincias. Insatisfecho, arrastra sus días entre la nostalgia de una mujer, que lo abandonó hace tres años, y su actual pareja, Natividad, de una bondadosa estupidez y que, tras perder su trabajo de maestra, se muda con su hija al piso de Humberto. La novela, cuya historia se desarrolla a lo largo de 120 páginas, ha sido publicada por la Edfitorial Trifolium.