Los vigésimos Premios Max de las Artes Escénicas encumbraron anoche la particular visión de la danza y el baile de las producciones "Oksara" y "Caída del cielo", ambas con tres galardones, en una edición que reforzó la impronta teatral de la directora Carme Portaceli, nuevamente reconocida con un Max.

El Palau de les Arts Reina Sofía de València acogió anoche la ceremonia de entrega de los premios, en una gala centrada en reivindicar la importancia de la autoría en general y la femenina en particular, en la que se defendió tanto el papel de las mujeres silenciadas y olvidadas como el valor de la memoria histórica, de la libertad de expresión y de la comedia y sus cómicos.

"Oskara", de Kukai Dantza y Marcos Morau/La Veronal, aspiraba a siete galardones y finalmente se alzó con el de mejor diseño de vestuario, mejor elenco de danza y mejor espectáculo de danza, un trabajo "instalativo" que conjuga la raíz del folclore vasco con la expresión más vanguardista, y que tiene por máxima, como clamaron anoche sus responsables, que "un pueblo que baila nunca muere".

La gala, transmitida en directo por La 2 de TVE, contó con autoridades como el president de la Generalitat, Ximo Puig; la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, y el alcalde de València, Joan Ribó, junto a la presidenta de la Fundación SGAE -que organiza los Max-, Inés París, y diputados como Rosana Pastor, Íñigo Errejón y Toni Cantó.

París reivindicó en su discurso, el primero como presidenta de la Fundación SGAE, la urgente necesidad de que las mujeres cobren el protagonismo que se merecen en la creación de contenidos audiovisuales en España para, por ejemplo, combatir también la violencia machista desde esos mismos contenidos, haciéndolos más democráticos.

La directora valenciana alertó de la baja presencia de mujeres en la SGAE (solo representan el 17,5 % de los socios, porcentaje que baja al 15 % si tienen ingresos anuales superiores a 9.000 euros), reclamó una estrategia pública de promoción de las artes escénicas y de acceso universal al teatro, y fue jaleada al recordar los abucheos que recibió la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, en la primera gala los Max (en 1998).

La ceremonia fue presentada por la actriz y humorista Ana Morgade y dirigida por el responsable de Comediants, Joan Font, con los valencianos Noèlia Pérez y Josep Zapater como directores musicales apoyados por el Cor de la Generalitat, el pianista castellonense Carles Santos, la Banda Sinfónica de Mujeres (con 60 integrantes) de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana y alumnos de la Escola Superior d''Art Dramàtic de València (ESAD).