El halo de misterio que rodea la figura del corsario lagunero Amargo Pargo (1678-1747) ha sido desentrañado en parte en el primer documental realizado sobre su vida, bajo el título "Amaro Pargo: entre la leyenda y la historia", que se estrenará el próximo 10 de agosto, en la Televisión Canaria, a las 22:15 horas.

Esta película, con cincuenta y dos minutos de duración, ha sido producida por Rumen Justo Reyes y realizada por Juan Alfredo Amil con la documentación recopilada y las entrevistas hechas por el periodista Benjamín Reyes a diversas personas que han estudiado, escrito o están relacionados con el histórico personaje lagunero, como Domingo Barbuzano; el profesor de Historia de América, Manuel Hernández; Ramón Gómez de Mesa, sobrino-nieto octavo de Amargo Pargo, o sor Cleofé, responsable del monasterio Santa Catalina de Siena, entre otras.

El material reunido por Reyes durante sus investigaciones aborda cuestiones como los hijos no reconocidos de Pargo, la obtención de patente de corso, el tesoro que no dejó, su testamento o su hacienda en La Esperanza.

"Esta investigación quiere redescubrir lo que se ha escrito sobre él, pero en imágenes, más que buscar cosas nuevas, que las hay. El documental pretende mostrar a la gente en imágenes los libros que no ha leído, como El corsario Amargo Pargo, de Domingo Barbuzano, entre otros que han salido a la luz".

En este sentido, Reyes comentó que algunas informaciones inéditas que han descubierto están relacionadas con un segundo hijo que tuvo en Venezuela, país con el que mantuvo relaciones comerciales, con el nombre de Francisco Sargo, que según explicó el historiador Manuel Hernández, reclamó ser hijo de Amaro Rodríguez Felipe. También se sabe que tuvo otro hijo que tampoco reconoció en la capital cubana, según lo confirmó en 1959 el historiador Antonio Rumeu de Armas. De hecho, su herencia se la quedaron sus sobrinos.

Hay un segundo retrato de Amaro Pargo al que han seguido la pista. "Hay un segundo retrato que estuvo hasta 1987 en el Consejo Consultivo, que lo pintó José Rodríguez de la Oliva en 1727. Se perdió, pero existe constancia de que estuvo allí. En la película hacemos una recreación del mismo de la mano del pintor Luis de Zárate".

Otro detalle que llamó la atención de Reyes es que Amaro Pargo fue un comerciante y terrateniente de primer nivel, más que un pirata o corsario como se ha tergiversado. "Realmente comerció con tabaco, aguardiente, malvasía y esclavos... Al final de su vida obtuvo la patente de corso para defender sus posesiones, para protegerlas, cuando le atacaron en sus viajes a Cuba, México y Venezuela, principalmente. Se le tildó de pirata porque se le confunde con Cabeza de Perro, que es un personaje ficticio que se creó a finales del siglo XIX. La gente los confunde".

Con respecto a su relación con la monja sor María de Jesús, aclaró que "es otra deformación histórica. La Siervita era su oráculo, eran hermanos de fe. Se ha tergiversado con una relación carnal que hubo entre una monja del mismo convento de la Siervita con el capitán Rojas. La gente lo confunde con Amaro Pargo", matizó.

Benjamín

Reyes

periodista e

investigador