Las brujas de Naga, "montaña" en guanche según Fernando Garciarramos, existieron, pero no volaban en escobas sino en otros vehículos más humanos, además de salir desnudas de las tinajas y rondar por los caminos y muchos de los parajes que el poeta tinerfeño describe en los poemas inéditos que conforman el disco que ha publicado junto a la pianista Blanca Quevedo, aunque uno de ellos está dedicado a El Hierro.

Ambos artistas han conjuntado sus afanes creativos en el disco "Las brujas de Naga", que será presentado mañana, jueves, a las 19.00 horas, en un recital poético-musical que se desarrollará en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna.

Quevedo cantará e interpretará al piano la música que ha compuesto inspirándose en siete de los catorce poemas incluidos en el registro y escritos por el poeta chicharrero, quien recitará con su voz los otros siete que han salido de sus entrañas y que complementan el poemario "Anaga aberrunto", publicado el año pasado. Se alternarán uno al otro, aunque ambos compartirán el tema que da título al disco.

Chamorga, Portugal de Anaga, El Draguillo, Los Catalanes, Las Palmas de Naga, Roque Bermejo, Roque del Agua o el Roque de Taborno son algunos de los enclaves a los que dedica sus versos Garciarramos y ha interpretado con sonidos la profesora de piano Blanca Quevedo, porque ambos comparten un amor especial por la cordillera de Anaga.

"Visité Taganana muy chiquito y alguien me empezó a asustar con que las brujas salían de las tinajas desnudas y hacían diabluras... Eran borrachinas y querían asustar. Eran historias de burlas y cuernos, leyendas", relata con humor y bastante ironía el escultor y poeta santacrucero.

La magia que encierra la laurisilva, a la que se dedica una de las composiciones, las montañas, los árboles, los barrancos, los caseríos y las playas, entre otros "habitantes" de Anaga, están presentes en este trabajo, que tiene un trasfondo bastante ecologista, de conservación de la naturaleza y el medio ambiente.

En "Las brujas de Naga" se aúna arte con medioambiente, porque con este trabajo ambos compositores pretenden contribuir a la concienciación del pueblo canario sobre la joya medioambiental que Anaga representa y su conservación. "Es una exaltación de Anaga porque es Patrimonio de la Humanidad".

Quevedo, cuyas composiciones para el disco recuerdan a la música francesa de finales del siglo XIX, el fado portugués, el blues o una isa canaria, comentó que los "temas han sido compuestos expresamente para estos poemas, son inéditos, y las sonoridades son principalmente impresionistas, aunque hay una parte como de jazz y otra que suena a música popular canaria, a una isa, pero no lo es en realidad".

Con respecto a las letras de los poemas consideró que "son bastante mágicos. Hablan de brujas y de la laurisilva, que para mí es un tesoro inconmensurable. Cuando tengo un ratito y puedo escaparme a Anaga doy un paseo por la laurisilva, y aquí en La Palma también. Eso me llena de vida y siempre siento algo mágico cuando estoy paseando por Anaga".

Garciarramos y Quevedo están satisfechos con el resultado de su colaboración, aunque la pianista reconoció la dificultad de "tocar" dos instrumentos a la vez, el piano y cantar. "Ha sido una experiencia muy bonita", recalcó con sinceridad.

El recital que ofrecerán mañana tendrá una duración de unos cuarenta y cinco minutos, tiempo en el que esperan poder despertar en los asistentes la admiración, el respeto y la defensa de este bello rincón de la naturaleza tinerfeña, además de ayudarles a recrear con la música y la palabra la magia que encierra en sus entrañas, en su historia y sus leyendas.