Minutos antes del inicio de la función en los pasillos que indican el camino hacia el escenario se percibe una intensa fragancia mentolada. Don Juan está "lesionado". Nada serio. En el patio de butacas del teatro Leal lagunero aguardan medio millar de escolares. "Estoy algo tocado, pero un poco de lilimento y a interpretar", sostiene Armando Jerez a un par de metros de la posición que ocupa María Rodríguez. Los 21 intérpretes que les acompañan en los créditos de "Don Juan Tenorio" asimilan las últimas recomendaciones de una puesta en escena fragmentada en siete cambios de decorados y dos grandes actos.

"Aún no hemos logrado que los niños se olviden de Halloween, pero ayudamos a que muchos se acerquen al teatro el día de todos los santos", puntualiza Jerez en relación a una representación que es tan vieja como Timaginas Teatro. Todo empezó en 2009. El clásico de José Zorrilla forma parte del ADN de una compañía que ha encontrado en Aguere al cómplice perfecto: más de 1.500 estudiantes y dos funciones de pago constituyen el envoltorio de una trama que nace en la hostería del Laurel de Sevilla, allá por el año 1545. Una apuesta entre don Juan y don Luis Mejía desencadena una acción que no deja indiferente a nadie.

Lo que sucede en la taberna, en la calle donde vive doña Ana, en el convento, en la quinta de don Juan, en el cementerio y panteón o en la casa de don Juan atrapa la curiosidad de los asistentes durante más de dos horas y media. Amoríos, duelos -verbales y físicos- y escenas sombrías dan forma a un proyecto que encontró en La Laguna el anclaje para anunciar el nacimiento del mes de noviembre. "La gente nos espera y el ayuntamiento colabora reservando unas fechas en el calendario que muchos señalan en rojo por ser una cita a la que hay que acudir siempre", agradece el codirector de Timaginas Teatro.

Un mesero que sirve raciones de jamón, velas que se consumen en la oscuridad, hábitos que no consiguen frenar al deseo... "El Don Juan Tenorio" que esta noche, a partir de las 21:00 horas, regresa al Leal es un ejemplo del respeto que la compañía tiene hacia los textos de perfil clásico, el mismo cariño que pone a la hora de construir unas escenografías bien estudiadas y elegantes vestidos o la sedimentación interpretativa que ha ido aumentando de tamaño alrededor de títulos de este perfil. "El Don Juan lo tenemos muy interiorizado porque es como el pan nuestro de cada día, pero cuando llega septiembre hay que repasarlo y hacer algún retoque", señala Jerez antes de partir en busca de don Luis.