La Orquesta Sinfónica de Tenerife ofrece hoy su segundo concierto de la temporada, bajo el título "En América", un recorrido por la obra de compositores que han tenido vínculos con este continente, como Antoni Parera Fons, Paul Hindemith y el propio George Gershwin. El director honorífico de la Sinfónica, Víctor Pablo Pérez, se encargará de liderar la velada en Auditorio de Tenerife con una solista de gran prestigio, la pianista Tamara Stefanovich.

Entre las obras elegidas para este concierto, la "Obertura per a un bon dia", de Parera Fons, "Las Metamorfosis sinfónicas sobre un tema", de Carl María von Weber de Hindemith, o el "Concierto para piano y orquesta en Fa mayor", de Gershwin, en cuya segunda parte está incluida la participación de la solista invitada.

Nacida en Belgrado, Tamara Stefanovich es conocida por sus cautivadoras interpretaciones de un amplio repertorio que le ha llevado a las principales salas de conciertos de todo el mundo, entre las que destacan el Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York, la Berliner Philharmoniker, la Suntory Hall de Tokio o en las londinenses Royal Albert Hall y la Wigmore Hall.

La apuesta de la Sinfónica por difundir en esta temporada el patrimonio musical contemporáneo permite un acercamiento al trabajo orquestal de Antoni Parera Fons (1943]. Aunque es conocido casi exclusivamente por su trayectoria como cantautor y productor, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Música de 2016, en la modalidad de composición. Su Obertura per a un bon dia es un poema cargado de ricas melodías que emergen de la tradición mallorquina con influencias del jazz. Esta obra será un estreno por parte de la Sinfónica.

América y concretamente Estados Unidos, fue el refugio para muchos artistas durante las grandes guerras del siglo pasado. A este país llegó en 1940 Paul Hindemith (1895-1963), huyendo de las amenazas del régimen nazi. Sus Metamorfosis sinfónicas sobre un tema de Carl María von Weber presentan cierto eclecticismo, con influencias chinescas y del jazz, cuentan además con una gran riqueza tímbrica. Una obra de gran vigor y colorismo que utiliza lenguajes novedosos para atrapar a los oyentes.

América también fue generadora de nuevos estilos musicales inspirados en los ambientes populares, que fraguaron de forma natural en el lenguaje de compositores como George Gershwin (1898-1937), y que fueron aceptados posteriormente en la esfera internacional. Precisamente a Gershwin se debe la consolidación del jazz o del blues en el repertorio sinfónico, como ocurre en el "Concierto para piano y orquesta en Fa mayor" de 1925, una suerte de juegos rítmicos que hacen lucir al solista y dan un aire fresco al conjunto orquestal.