Roberto Martinón está exponiendo su obra "Dilemas" en Esculturas Bronzo de La Laguna. La muestra, que se mantendrá abierta hasta el próximo 9 de febrero próximo, presenta ocho piezas únicas, piedras talladas, una de ellas en mármol y siete en basalto. Martinón, nacido en Madrid y vinculado a Lanzarote y Gran Canaria desde su infancia, reside en Tenerife desde que se trasladó a la Isla a estudiar Bellas Artes en 1977. Además, es uno de los escultores con mayor trayectoria y continuidad en Canarias y en estos momentos cumple 40 años de profesión. El autor trabaja fundamentalmente la piedra, aunque ha hecho incursiones en el bronce y otros metales, como el titanio. "La escultura en piedra requiere mucho oficio, maestría técnica y dedicación a la obra -explica el portavoz de Espacio Bronzo, Ventura Alemán-. Estos factores son imprescindibles para entender el trabajo de Roberto Martinón".

El escultor tiene su estudio en un barranco en Güímar, donde "el tiempo parece detenido y las obras van surgiendo sobre una mesa sencilla, a la luz del día, envueltas en al aire que baja hacia la costa". Allí, "la pelea contra la piedra es más bien un diálogo en el que la forma va pidiendo concreción y piel. La depuración técnica está al servicio del resultado, en el que las líneas deben dibujarse a cincel, los volúmenes buscan equilibrio y la superficie pide reflejar la luz", apunta Alemán. Ese diálogo es la base del trabajo de Martinón. "Estas piezas emergen con geometría en la base para florecer en formas orgánicas, suben verticales y buscan el horizonte, nacen monolíticas y se abren en dos: la confrontación entre opuestos. La pieza resultante no está escindida, ofrece unidad, armonía y equilibrio: el dilema, resuelto", explica.

La obra de Martinón ha recorrido las Islas desde su primera exposición colectiva, "Libertad de expresión" (1978, Tenerife) a la última, "La escultura y sus límites. Escultura canaria de los 80" (Instituto Cabrera Pinto, La Laguna), además de sus diez exposiciones individuales, y cantidad de obra pública, instalada en diferentes localizaciones de Lanzarote, Tenerife y Gran Canaria.

En su proceso de formación han sido claves sus trabajos escultóricos en piedra en la Facultad de Bellas Artes de San Jordi en Barcelona y diferentes temporadas a Londres, Lyon, París, Milán y, una vez en Italia, reside en Pietra Santa (Carrara), lo que le permitió mantener contacto con escultores del mármol. En 1988 viaja a Madrid y durante siete meses mantiene un estrecho contacto con Francisco Barón y su taller de fundición de bronce.

El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM.) cuenta con una obra suya en sus fondos. También el Gobierno de Canarias ha comprado tres piezas en distintos periodos y el museo de arte contemporáneo de Goslar (Alemania) adquirió en el año 1995 varias composiciones del artista con motivo de la ampliación de sus fondos. Igual ocurrió con la adquisición de la escultura "Imán" por parte de la Fundación Hernot-Hubber y con el monolito elaborado en piedra basáltica "Dikho" por parte del Parlamento de Canarias.