Los que no apostaban por la gabardina para las estaciones venideras cambiaron de idea cuando hace unos días Kim Jones despidió la dirección creativa de Louis Vuitton, en la pasarela de hombre de París, con las modelos Naomi Campbell y Kate Moss ataviadas con gabardinas y botas militares. Energía, fuerza y parece que también un mensaje oculto se escondía tras la puesta en escena, pues tan solo habían pasado dos días desde que se conocía que el creativo abandonaría la casa en la que estaba desde 2011.

El PVC, con efecto acharolado y el anagrama de la marca, fue el tejido elegido y no el que le da nombre al diseño. Así y todo la esencia se respiraba y la función de ser impermeable, tanto al aire como al agua, también. De una manera o de otra el diseño fue exquisito y en dos versiones cromáticas diferentes. Moss lo modeló en los tonos castaños más clásicos de la firma mientras que Campbell lo hizo en la gama de los negros.

Las gabardinas renacieron para proteger a los militares británicos de la lluvia en el año 1914. El tejido que le dio nombre había sido ideado por Thomas Burberry años antes, alrededor de 1800, y el abrigo que se caracterizaba por ser resistente al agua, en el año 1879.

El cine nos lleva a relacionar la prenda con el espionaje y los detectives. En la mente de cualquiera se cuela la imagen de Humphrey Bogart en "El Halcón Maltés" o en "Casablanca", con aspecto intrigante.

Coincidiendo con el aniversario de la muerte de Audrey Hepburn -ayer se cumplieron veinticuatro años-, ¿quién no recuerda a Holly, en "Desayuno con Diamantes", bajo la lluvia con la gabardina entallada en la cintura? Ella consiguió que una prenda tan masculina pasara a tener sentido para la mujer. Con el tiempo tomo además un carácter incluso sensual. El colorido original de la prenda era tenue buscando que los soldados pasaran desapercibidos. Hoy las encontramos de todos los colores, estampadas incluso con apliques. Se ha actualizado en formas y patrones pero la gabardina siempre tiene algo que decir.