Su cuerpo desprende la música que encontró en el seno de una familia en la que nunca faltó el ritmo. "Yo no tuve que hacer nada, vino ella sola", cuenta la senegalesa Ndeye Seck en los albores de una entrevista en la que habla de muchas más cuestiones de las que ocurrirán mañana en el OClub de la capital tinerfeña. Y es que la percusionista africana es la piedra angular de una aventura bautizada como "Fusión Afrolatina" en la que se tenderán unos lazos culturales y sonoros entre el continente negro, las propuestas latinas y el flamenco. "Las mujeres africanas tienen que ser más valientes y no bajar los brazos cuando aparecen las primeras dificultades", afirma una creadora que tendrá como "aliados" a Sissi del Castillo, Davide Totti, Yudith Porto, Ana Beatriz Alonso, Carlos Montesinos Hernández, Marisela Acosta González, Carlos Conde, Rafa Gámez, German Cuesto Gil y el dj Esteban Pérez.

¿Qué es para usted la percusión?

Es una parte importante de mi vida que me garantiza felicidad... Esta no fue mi elección. Yo no tuve que hacer nada, vino ella sola. Nací en una familia con mucha tradición musical cuyos miembros se dedicaban a entretener a otros integrantes de una etnia. Mi padre y mis hermanos eran músicos y ahora me toca a mí cuidar de los míos... No se dio otra oportunidad; era percusión sí o sí.

Vivir en África es complicado, ser mujer en África es difícil, subsistir de la música es casi una misión imposible... ¿Su vida parece un gran lío emocional que usted ha resuelto bien?

Sí (ríe)... Hace falta mucha fuerza de voluntad y resistencia cuando las cosas van mal. Una mujer lo tiene igual de complicado para hacer música en África que en cualquier otra parte del mundo. Eso es universal.

¿Esa realidad no ha cambiado nada?

Algo sí que hemos avanzado, pero menos de lo que la gran mayoría cree. Lo primero que hay que tener claro son los objetivos... Si sabes cuáles son tus sueños hay que perseguirlos con fuerza hasta el final. Las mujeres africanas tienen que ser más valientes y no bajar los brazos cuando aparecen las primeras dificultades. El miedo no te permite exprimir el arte que llevas dentro y eso en muchos casos es un motivo para rendirse, pero yo decidí seguir adelante. No creo que sea un problema cultural.

¿Pero en muchos casos la cultura es un universo cerrado a las mujeres?

Sí que lo es porque muchos piensan que ese no es nuestro lugar, que nosotras tenemos que llevar las cosas del hogar y cuidar a nuestros maridos e hijos... En África la mujer sigue en casa; no es fácil que le den libertad para tener una faceta cultural. Las barreras, por tanto, son más sociales que artísticas. El principal problema es que si quieres salirte de ese camino sabes que llegarán las críticas.

¿Cree que es un referente para los jóvenes, que muchos puedan ver en usted un motivo para la esperanza?

Es una consecuencia de la fama que vas ganando con el paso del tiempo, una de las recompensas de este oficio. Hace unas semanas estuve en Ruanda con un grupo de mujeres a las que enseñé a tocar hace diez años y encontré algo distinto a lo que yo les mostré, una evolución increíble. Kenia, por ejemplo, me encontré con un ejemplo completamente opuesto porque las mujeres quieren hacer lo que yo hago, pero no se atreven a dar el primer paso.

¿Entiende el riesgo que toman muchos africanos cuando deciden emigrar a Europa poniendo sus vidas en riesgo?

Ese un problema que no es fácil de entender porque tiene muchas complejidades. Europa no es el continente dorado, pero eso es algo que cuesta ver cuando las ganas de salir de tu país te impiden ver otras opciones. Es posible vivir con dignidad en África si se crean las oportunidades para construir un futuro con ciertas esperanzas. Yo decidí planificar el mío en casa y no hacer casos a las informaciones falsas que hablan de una riqueza que no existe.

¿Qué le ha dado la música?

Amigos y conocimientos. La felicidad de la que hablé al principio de esta entrevista. Cuando la música te saca una sonrisa los problemas se olvidan... Ahí ya no hay banderas, idiomas o fronteras porque la música se convierte en algo universal donde sobran las palabras y dominan los sentimientos.

Concierto: 27 de enero.

Lugar: OClub de Santa Cruz de Tenerife.

Hora: 22:00.