Tontxu, Juan Antonio Ipiña (Bilbao, 1973) según su carne de identidad, vuelve a La Laguna, donde tiene buenos amigos, para ofrecer un concierto acústico en el que compartirá escenario con el también cantautor y colega desde hace muchos años Rogelio Botanz.

Este músico y compositor, que ya está trabajando en su décimo disco de estudio, dará un repaso a los temas de su último registro, "Cicratizando", además de a otras canciones ya "cicatrizadas" en la mente de sus seguidores y que resumen su carrera. No sabe cuánto durará el recital, todo depende de lo a gusto que se encuentre el público con sus cada vez más madurados mensajes.

"Bajo solo con la guitarra, a defender las canciones como nacen y ya está. Nunca he dejado la guitarra. Rogelio tocará conmigo, como otras veces, vamos a hacerlo a pachas", comentó, además de confesar que se encuentra muy feliz, actitud reflejada en sus canciones, mezcla de melancolía, amor, alegría, optimismo y otras sensaciones que laten en su vida cotidiana y comparte con los demás.

"Después de casi diez discos, cada canción tiene su temática, no hay una concreta. Cada una tiene su mundo y mi punto de vista sobre el mundo que veo. En cada momento de tu vida vas escribiendo canciones con temáticas diferentes en cada una de ellas", matizó.

El autor de composiciones como "Se vende", "Somos de colores" o "Volvería a tropezar con una piedra", en las que cuenta detalles de su existencia, considera que el papel del cantautor es el de siempre. "Es un género siempre muy maltratado. No es popular. Es, ha sido y será para minorías (...) . Desgraciadamente cumple un papel individual para cada persona que lo escucha y lo identifica. Le ayuda a pasar un mejor día, un mejor rato, para eso tiene una grandísima valía, pero socialmente se ha demostrado que no. No solamente en nuestra generación. Ninguna canción cambió nada, en todo caso sirvieron un poco de soporte a la banda original de lo que transcurría, pero evidentemente pasa por encima de todos nosotros, de los artistas y de los comunicadores... La música per se nunca cambió nada. Estuvo siempre ajena a todos los grandes acontecimientos de la historia".

Este miembro de la Junta Directiva de la SGAE reconoció que su vida ha cambiado. Es más tranquila desde que nacieron sus dos hijas, tras salir de Madrid y pasar por Buenos Aires y La Habana, hasta echar raíces en Extremadura, en la Sierra de Gata.

Con respecto a su música, indicó que "es más evolucionada en las temáticas y estéticamente, pero de una forma muy natural. Poco a poco mejora cantando y componiendo. Hay más tino a la hora de hacer las canciones. Antes igual hacía veinte y te valían una o dos, ahora haces menos pero sirven más porque tienes más experiencia , más tablas, más puntería...".

Tontxu, que fue locutor de los 40 Principales de Bilbao en los años 90, mantiene sus lazos con Libertad 8, espacio alternativo de Madrid en el que conoció a numerosos músicos, bastantes de ellos canarios, como el propio Rogelio Botanz, Andrés Molina, Olga Cerpa o Pedro Guerra, entre otros. "Las islas son un puente entre Latinoamérica y la Península y eso enriquece. Esa influencia latinoamericana me ha ayudado y enseñado muchísimo".

No echa menos aquella época de Libertad 8, una etapa con buenos y malos recuerdos. "Ahora vivo mucho el presente. Antes igual era más nostálgico, ahora estoy más con los pies en el suelo. Soy papá de dos hijas y eso nos pone en el suelo", precisó este artista que se siente más libre, "porque no tengo la presión que tenía antes de no saber lo que quería. Ahora, con 45 años, lo tienes todo más clarito".

Por último, este vasco que nació en Bilbao por casualidad, está enfrascado en la grabación de su décimo registro, que comparte con sus actuaciones. "Espero que lo tengamos listo para primavera, sin prisa. Se titulada Treinta y tres. Son once canciones de tres minutos cada una. Dura treinta y tres minutos y treinta y tres segundos".

Concierto: 3 de febrero.

Lugar: El Búho. La Laguna.

Hora: 21:00.

Tontxu

músico y compositor

Vea aquí la interpretación del tema "Vuelvo" a cargo de Tontxu en el Libertad 8 de Madrid.