Bastante antes de las once de la mañana había público esperando que el recinto ferial abriera las puertas. Nadie quería perderse las posibilidades ofertadas por la feria; comprar moda, valorar el diseño que se subía a las pasarelas, intercambiar opiniones incluso disfrutar del ambiente, entre cervezas y food trucks, que se daba en el Kissing Room de Heineken.

El primer adiós tuvo lugar en el "Invernadero" a cargo de los más pequeños. El desfile se vistió de inocencia, risas y sobre todo tendencias. Seis fueron las últimas puestas en escena. La moda más casual llegó con Kurimi y Monkey Loones. Ambas casas ofrecieron un diseño actual y formas confortables. Las propuestas de ceremonia estuvieron de mano de dos de las firmas de Tenerife Moda que también tienen líneas para mujer. Amarca Kids, que se estrenaba en la moda infantil en la feria de 2017, y Javilar. El Obradoiro de Martina -La Palma- demostró maestría a la hora de trabajar el bordado tradicional palmero, con colores suaves y tejidos agradables, mientras que Abuela Lala no dudó en cerrar su desfile con los sets de cumpleaños personalizados compuestos por camiseta, corona y otros completos. Una pasarela difícil de coordinar, pero que ha logrado unos resultados excelentes gracias al trabajo de Daniel Pagés y todo su equipo.

Aún quedaban muchas citas más, sin embargo en los pasillos se fantaseaba con las propuestas que Juan Carlos Armas iba a presentar el miércoles en Madrid y lo que llevaría Marco&María a Barcelona. Durante estos días ambas firmas tuvieron un encuentro con los medios de comunicación, pues no querían dejar de dar unas pinceladas sobre lo que han creado para la próxima colección.

En la "Caja Negra" el broche final lo pusieron dos desfiles. A las 13:00 horas un derroche creativo alimentó las ganas de lucir los diseños que por allí se pasearon. Cinco firmas y un espectáculo inigualable. Colores, piedras y diseños únicos como eje central de la puesta en escena de la firma Magdala, que celebró su décimo aniversario con un homenaje a Egipto. A continuación, Agostina Santini, con piezas imponentes y dando pinceladas de materiales nuevos, hizo vibrar al público. NOK decidió que la atención se centrara, en un inicio, en la majestuosa pantalla, proyectando un vídeo con la nueva colección. A partir de ahí, las joyas se acercaron a través de la pasarela. Como guinda Roselinde. Piezas XXL, colores que se funden y materiales deliciosos hicieron el balance de los diez años de la firma en el mercado. El chaleco formado con piezas de sus diecinueve colecciones era una verdadera obra de arte. Horas después el espacio viajaría por distintos lugares y culturas. Desde Portugal vinieron Sara Franco y Sandra Vieira. El vuelo a Senegal lo pilotó Rama Diaw, mientras que de anfitrión ejerció Culito from Spain. El proyecto social La Casita trasladó desde Barcelona a Dona Kolors.

Después las luces comenzaron a apagarse. Mientras la organización se despedía se oía el comentario: "Buen trabajo, equipo".