El poeta palmerol Modesto San Gil Henríquez, reconocida figura de la literatura en Ciego de Ávila, ha fallecido ayer a los 96 años de edad en esa provincia de Cuba, donde residía desde que emigró con su familia en 1928 a la isla caribeña.

San Gil Henríquez había nacido en la isla española de La Palma, y en Cuba se asentó primeramente en la localidad avileña de Yaguajay y después vivió en el municipio cercano de Chambas, donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria como escritor.

"Le decimos adiós a un gran amigo y compañero, un isleño-cubano de corazón, que nos deja una herencia cultural invaluable y una leyenda que solo alcanzan los espíritus excepcionales como el suyo", dijo el también poeta cubano, Gilfredo Boan, citado en un despacho de la estatal Agencia Cubana de Noticias.

Entre los datos biográficos de San Gil Henriquez destacan los estudios que realizó en los seminarios católicos de El Cobre, en Santiago de Cuba, y San Carlos y San Ambrosio, en La Habana, así como la etapa en la que se dedicó al magisterio y también su trabajo en los ferrocarriles de Chambas.

Su obra literaria abarca un total de 10 libros y entre sus títulos figuran "Río, Alfa y Omega", publicado en 1994, "Elegía del solitario" (1996); "El profeta y los cuervos" (2000); "Versos descalzos" (2001) y "Salmo a la deriva" (2002).

Algunos de sus poemas también se encuentran recogidos en antologías de la isla como las tituladas "Poetas actuales de Ciego de Ávila", "Anuario de poesía UNEAC 2001", "Poetas cósmicos cubanos" y "Décima cubana actual", así como en recopilaciones publicadas en otros países.

El canario fue miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y entre los reconocimientos que recibió se cuenta el de poesía Benito Pérez Galdós, de la Asociación Canaria de Cuba.