El mito de Minotauro, un monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre unido desde la Grecia clásica a la isla de Creta y el rey Minos, será analizado hoy por Fátima Díez Platas, profesora de historia del arte de la Universidad de Santiago de Compostela, en la conferencia que impartirá, a partir de las 20:00 horas, en el salón de actos del TEA. La entrada será libre.

Esta charla, titulada "A la búsqueda del Minotauro: de la Antigüedad griega a Picasso", inaugura el II Curso Pensamiento y Cultura Clásica promovido por la sección canaria de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC - Canarias), presidida por Jorge García Hernández.

Díaz Platas abordará en su intervención el mito del Minotauro y su trágica muerte a manos de Teseo desde sus orígenes hasta la actualidad, tarea en la que desvelará, con el apoyo de diverso material iconográfico, la evolución y las transformaciones de esta mítica figura a lo largo de la historia, que acabó encerrado en un laberinto, verdadero símbolo de la cultura occidental.

"Voy a hacer un recorrido sobre esta figura desde el mundo antiguo, cuando se crea la historia de esta criatura con sus rasgos, su aspecto, a través del mundo romano, la época medieval y el Renacimiento hasta nuestros días, porque se le dota de significados distintos a lo largo de la historia y va cambiando su apariencia".

El mito del Minotauro se "fabricó" con una clara intención: denunciar los problemas que tienen los hombres cuando retan a los dioses. Es un castigo que le impone Poseidón al rey Minos por no sacrificar al toro que correspondía, haciendo que su mujer se enamorase de un toro y tuviese con él un hijo híbrido.

"En el mundo antiguo este castigo se manifiesta como una deformación, que después fue muy útil políticamente, porque habla de como Minos tuvo un monstruo encerrado en un laberinto que nadie veía y que sirvió para amenazar a Atenas... El mito ha servido para hablar del peligro de los monstruos y asociarlo con imágenes demoníacas. El laberinto se convierte también en la imagen del infierno".

La visión de este ser cambió con el paso de los siglos hasta la actualidad. "En el siglo XX se rescata al Minotauro como un ser inocente, que no tiene la culpa de nada porque solamente es el hijo de un adulterio raro, pero se le castiga".

Esta criatura se convierte en la imagen de un ser atrapado en un mundo que no comprende, al que artistas como Picasso, Man Ray o escritores como Borges lo describen como "una figura que es una lástima. La imagen del hombre atrapado por sus pasiones, por una cabeza que no controla, que lo lleva a la irracionalidad, que no le permite ser plenamente humano".

El imaginario del siglo XXI ha "remasterizado" muchos de los mitos griegos y los ha adaptado a la realidad actual. "En estos momentos, el Minotauro, en el siglo XXI, es sobre todo un personaje de videojuego (...)", matizó Díez.

"Creo que se ha multiplicado. Hay muchos y se le ve como un ser bestial. Al final es como una especie de prueba frente a la que el hombre tiene que luchar, tiene que vencer. En este momento se le mira más bien como uno más de los monstruos que forman parte de sagas como Juego de Tronos o El Señor de los Anillos. Un montón de figuras que son alteraciones de la imagen del hombre y exploran la animalidad y la fuerza sobrehumana. Sirven para infundir miedo".

La realidad indica que la mitología griega ha ejercido y ejerce una atracción especial para la cultura occidental, porque cada época ha aprovechado a su manera esta fuente de "sugerencias" basadas en cuentos tradicionales sobre acontecimientos protagonizados por seres sobrenaturales y extraordinarios como dioses, héroes, personajes fantásticos o monstruos como el Minotauro, que han superado los siglos, pero con diferentes lecturas.

Lo mismo ocurre con Teseo, que acabó con la vida de la bestia en el laberinto diseñado por Dédalo, del que salió guiado por el hilo de Ariadna. "En el siglo XX se recupera la figura de Teseo como el libertador del Minotauro porque lo libera del horror de su propia vida. De alguna manera, en los videjuegos, el jugador que supera la prueba, aunque no haya un solo Minotauro, se convierte en un nuevo Teseo".