Pablo López no imaginó el día que se descalzó en el salón de actos de Cajasiete de esta capital que unos cuantos años más tarde volvería a Tenerife con el rol tan valioso que tiene hoy en la escena musical nacional e internacional. "Aún siento el tacto de mis pies sobre la madera", recuerda un artista que por aquel entonces acumulaba unos gramos de popularidad tras su paso por una edición menos luminosa que la de este año por "Operación Triunfo". De sus primeras confesiones en el García Sanabria habría que rescatar la atracción que sentía por el sonido "British", su sed por conquistar una industria que enseguida se dio cuenta de que había descubierto un diamante en bruto, la naturalidad de un ser que aún no ha sido atropellado por la fama. "Soy consciente de que formo parte de un mundo donde todo es efímero y que hay valores que no se pueden cambiar, aunque las cosas te vayan bien", declaró a EL DÍA cuando se confirmó el concierto que este fin de semana le abrirá por primera vez las puertas de la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife con motivo de la gira que sirve de promoción del disco "Camino, fuego y libertad". "Empecé en un lugar chiquito pero muy bonito, ahora me estreno en el Auditorio y, puestos a pedir, la próxima vez puede ser en el Heliodoro", vaticina el protagonista de un espectáculo impulsado por Búho Producciones que ha agotado todo el aforo de la cita de mañana (20:00 horas).