La plaza de la iglesia de La Concepción acoge desde hoy hasta el sábado el Festival de Habaneras (20:00 h.), que a comienzos del siglo XXI inventó Jesús Fariña Adán como una alternativa a la vía de ingresos a las rondallas y una proyección del género lírico más allá del Carnaval en sí. Especial auge ha encontrado desde que desembarcaron formaciones vinculadas a las murgas: primero, de la mano de Habana Vieja, que tiene su cuna en la Sociedad Mamel''s; luego, La otra Habana, que salió un año y le bastó para romper la hegemonía de los de Acaymo Correa. De eso hace ya diez años, y regresan con un híbrido entre Bambones, Zeta-Zetas y pulso y púa de El Cabo. Y la tercera Habana, Ilegal, de Diablos, que descansa esta edición.

Hoy, actuarán las nueve formaciones de mayores, que aspiran a su propio premio; mañana será una exhibición, con ocho rondallas y corales, y el sábado, modalidad libre, con siete colectivos. Aunque ahí la decana es Habana Vieja, la referente de los dos últimos años es Valbanera, de "El Flaco". Dos años, dos primeros premios. Resurge Ni Fú-Ni Fá, con habanera, esta vez propia: Esencia Guajira, con Margarito al frente, un género que ya escrutó años atrás de la mano de Valbanera. Y regresa La Otra Habana, de El Cardonal: salió un año y venció a la de la Casa del Miedo. De eso hace diez años. En su regreso, con Julio Alexis Fernández Calzadilla, es una fusión de Bambones, Zeta-Zetas y el pulso y púa de la rondalla El Cabo.

La gran novedad de la categoría libre es el salto de la Parranda Nijota -ocho años ganadora entre los mayores-, que estará en categoría libre. Durante este tiempo, Paco Tacoronte ha garantizado y apuntalado la calidad musical.

Platos fuertes de la velada del sábado serán Caña Dulce, con gran carga emocional y técnica, con Juani Febles al frente, dirigiendo a su hijo, como solista; o Tajora, una agrupación que hace grande el movimiento de participación ciudadana y escribe en mayúsculas las habaneras.