El mangaka japonés Yuji Shiozaki, una de las estrellas invitadas a TLP Tenerife 2018, mantuvo este viernes un encuentro con los medios de comunicación acompañado por el escritor y experto en cultura japonesa Marc Bernabé, en el que apuntó que en Japón, no son realmente "conscientes del éxito del manga en el resto del mundo".

Shiozaki lleva dedicándose al mundo del manga desde los años 90. Comenzó su carrera dibujando historias breves para una revista local y años después creó uno de sus relatos más reconocidos, ''Ikkitousen'', obra adaptada en 2003 al formato televisivo.

Por su parte, Bernabé realizó estudios de traducción en Barcelona y posteriormente continuó su formación con un máster en japonología por la Universidad de Osaka.

Actualmente, es traductor de japonés y dirige Daruma Serveis Lingüístics SL, agencia especializada en la traducción, interpretación y gestión de servicios lingüísticos del japonés al español y otros idiomas occidentales.

Tras acabar la Universidad y en un intento de buscar trabajo, Shiozaki tropezó con el que sería su futuro. "Mientras estaba en un comercio de lavado express, hallé una revista de manga que contenía un anuncio. En él, buscaban nuevos talentos del dibujo y el ganador tendría un premio de 300.000 yenes. Así decidí presentarme y gané el premio", indicó.

De esta manera, comenzó en el mundo del manga, que dio lugar a la posterior creación de su obra más conocida, aunque la inspiración para crearla tardó en llegar.

PREJUICIOS SOBRE SEXO Y VIOLENCIA

"Con Ikkitousen no tenía ideas, y costó mucho que se me ocurriera algo. Me pasé muchas horas dando vueltas y en un momento dado surgió la idea definitiva", señaló el artista.

De hecho, a esta obra le queda mucho camino y Shiozaki no contempla trabajar en nuevas creaciones.

Bernabé no ocultó que "hay muchos prejuicios sobre el manga en occidente", su mayoría vinculados a sexo y violencia.

"Es cierto que algunas obras muestran este tipo de contenido, pero la realidad es que en Japón hay mangas de todos los tipos. No se trata de relatos que narran escenas violentas o sexuales, hay obras muy variadas. El mercado español es muy desarrollado y tenemos la suerte de estar recibiendo obras muy diferentes. Japón debe seguir aprendiendo en este aspecto porque aún se hace contenido de esa temática y muchas veces los autores no son conscientes", subrayó el traductor.