Un evento bien estructurado y con un amplio abanico de actividades ha hecho que la moda canaria se vuelva a posicionar entre las acciones españolas importantes. En abril aconteció la Feria Internacional de la Moda de Tenerife y en junio la Gran Canaria Moda Cálida. El pasado sábado Isla Bonita Moda ponía punto y a parte, hasta 2019, a las jornadas dedicadas, exclusivamente, al sector textil en las islas.

El Museo Insular Santa Cruz de La Palma inauguró el jueves la pasarela con el Certamen Promesas de la Moda 2018. Días antes se habían dado charlas con distintos invitados, entre los que se encontraban blogueros, asesores de imagen, diseñadores? en otros espacios de la Isla como el Palacio Salazar. Seis creativos noveles y todas las ganas hicieron de aquella oportunidad su mejor momento. Gabriela Rosé ganaba el concurso, con un premio de 2000 euros, con la colección "Clotilde". Tejidos fluidos, colores dispares y cortes exactos que acentúan la cintura reflejaron a las mujeres independientes y cosmopolitas que la diseñadora quería ofrecer. Rosé se inspiró en el pintor Joaquin Sorolla. La fiesta continuó con la presentación de las propuestas para ceremonia que abrieron GMBY JE y Diazar y cerró el diseñador Oswaldo Machín.

En la segunda jornada de pasarela, "Cascada de Colores" unió a varias firmas palmeras para unas propuestas de moda baño con piezas frescas y de calidad en una apuesta por los diseños de Gran Canaria Moda Cálida. Como invitada, Dolores Cortés, una de las casas nacionales más veteranas, hizo una selección de dieciséis propuestas de su colección de 2018, demostrando que continúa apostando por una corsetería que realza los encantos femeninos y disimula las imperfecciones.

Como clausura, Cosima Ramírez, representando a la firma Agatha Ruiz de la Prada, no dudó en subirse a la pasarela con propuestas coloristas y el sello que las caracteriza, mientras el canario Andrés Acosta mostró su apoyo a la iniciativa. Sin embargo se echó de menos alguna pincelada de lo que está preparando para su esperada tercera colección. En la misma jornada se dieron los desfiles "prêt-à-porter". Entre las marcas nacionales que participaron destacaron Brea, por el riesgo de la prendas, y Anel Yaos con una apuesta en escena que resaltaba los neoprenos, "denims" y lanas que tomaban forma en una colección subrealista. Entre las locales, Pedro Juan González rompió con una selección atrevida y diferente tanto en diseño como en materiales, pero muy feminista. Waleska Morin no solo jugó con formas y patrones innovadores, sino con superposiciones que arriesgaban hasta el punto de llegar a cautivar. Además, el apoyo del joyero Pedro Ferreiro hizo que todos los asistentes hablaran del desfile en el "kissing room" de Heineken, que como ya es habitual es el lugar de encuentro en este tipo de eventos. Pomeline puso el broche con muestras sofisticadas, vaporosas y ante todo muy posibles.

Tras seis días intensos, la moda canaria demuestra que este sector se afianza.