Con la muerte de Aretha Franklin, fallecida el jueves en Detroit (EE.UU.), se reduce la cada vez más corta lista de supervivientes de la era dorada del soul, un género cuya energía y pasión se pusieron al servicio de la lucha por las reivindicaciones sociales y la igualdad racial.

"La reina del soul", que murió a los 76 años debido a un cáncer, era una de las grandes leyendas vivas que quedaban de la explosión de este género en los años sesenta, una década en la que los artistas afroamericanos adaptaron la espiritualidad y la intensidad del góspel para llevarlas a temas profanos y sacarlas de las iglesias a grito pelado y con un irresistible sentido del ritmo.

Pioneros ya desaparecidos como Ray Charles o Sam Cooke abrieron camino para que otros añorados genios como James Brown u Otis Redding catapultaran el soul hasta lo más alto de las listas de éxitos.

Pero además de electrizantes temas como "Shake", de Sam Cooke, o lamentos románticos como "I''ve Been Loving You Too Long", de Redding, el soul se empapó del movimiento por los derechos civiles que recorría EE.UU. con Martin Luther King Jr. exigiendo igualdad para la población negra.

Ahí se encuadraron canciones eternas como "A Change is Gonna Come" de Cooke, un himno entre optimista y melancólico para las reclamaciones de los afroamericanos, o "Say It Loud, I''m Black & I''m Proud" de James Brown, en la que "el padrino del soul" anticipaba el funk de los años setenta y gritaba su orgullo por ser negro.

Ante un mundo muy masculino también se plantó Aretha Franklin con su feminista y demoledora versión de "Respect", todo un hito del género.

Franklin, como Brown, pudo disfrutar de una larga vida y de una reconocida trayectoria, al contrario que Cooke, quien perdió la vida con 33 años por los disparos de una conserje en un hotel, o Redding, que falleció con 26 años y todo el futuro por delante al estrellarse el avión en el que viajaba.

Por mucha tristeza que pueda dar a los amantes del soul, la lista de héroes caídos de los años sesenta se amplía sin descanso.

Las poderosas y profundas voces de Etta James ("At Last"), Wilson Pickett ("In the Midnight Hour") o Solomon Burke ("Everybody Needs Somebody to Love") son ya recuerdos del pasado.

Además, 2015 fue un año trágico para el género con las muertes de Percy Sledge ("When a Man Loves a Woman") y Ben E. King ("Stand by Me").

Entre la lista de supervivientes destacan Stevie Wonder, el último genio del sello Motown y una figura indispensable de la música popular, y Al Green, una de los cantantes más finos y expresivos del soul, pero que se retiró hace años.

No obstante, y siendo precisos, los mayores éxitos de estos dos artistas llegaron en los años setenta.

Con 75 años resiste Sly Stone, el emblemático líder del grupo Sly & the Family Stone, que combinó soul, funk, rock psicodelia y todo lo que se le pusiera al alcance de la mano.

En activo, tanto sobre los escenarios como en el estudio, sigue la inimitable Mavis Staples, del grupo de góspel y soul The Staple Singers.

Y los que se puedan permitir un viaje a Las Vegas (EE.UU.) en octubre o noviembre podrán disfrutar en directo de Diana Ross, la famosa vocalista surgida del conjunto The Supremes.

Tina Turner, Sam Moore del dúo Sam & Dave (autores de "Hold On! I''m Comin''"), Clarence Carter, Martha Reeves de Martha & the Vandellas o Gladys Knight de Gladys Knight & the Pips son otros talentos vivos pertenecientes a los años más brillantes del soul.