La Ópera de Viena arranca hoy su nueva temporada, durante la que celebrará su 150 aniversario, con un programa en el que combina el recuerdo de la gloria pasada con temas y producciones muy actuales, y con mucho optimismo sobre el futuro.

Muchas veces ha subido el telón desde que el 25 de mayo de 1869 el emperador Francisco José y su esposa Sisi presidieran la función inaugural de este teatro lírico, en la que se representó el Don Giovanni de Mozart.

La Carmen de Bizet, con Clémentine Margaine, Marcelo Álvarez y Erwin Schrott en los papeles protagonistas, será la que abra hoy la temporada de un teatro que celebra este cumpleaños con optimismo.

"No me preocupa en absoluto el futuro", asegura Dominique Meyer, director de la Ópera Estatal de Viena desde 2010 y que, a su pesar, dejará el puesto dentro de dos años en manos del austríaco Bogdan Roscic.

Meyer asegura que "están disponibles todos los elementos" para no tener que preocuparse por este teatro, pero tampoco por el género.

"Se dice siempre que los cantantes eran mucho mejores en el pasado. Pero eso es totalmente falso. Nunca ha habido tan buenos cantantes" como ahora, afirma el gestor, quien recuerda cómo hace 30 años era difícil encontrar buenos intérpretes de Wagner o Rossini.

Además, el francés asegura que están saliendo estupendos cantantes de países que hace años pasaban desapercibidos en lo operístico, como China o Sudáfrica.

Respecto a la Ópera de Viena, Meyer insiste en el enorme interés del público vienés y recuerda que la temporada pasada se vendieron casi 600.000 entradas.

"No hay que olvidar que Viena no es la ciudad más grande del mundo y que aquí hay función todos los días, y no estamos solos", indica, en referencia a la existencia en esta capital de otros dos grandes teatros de ópera y dos importantes salas de conciertos que "también se llenan todos los días".

Meyer afirma que aquí hay un gran amor por la música y, muy importante, la tradición de trasmitirlo de padres a hijos.

El director de la Ópera vienesa cuenta como el día de puertas abiertas, el pasado domingo, cientos de niños visitaron el teatro, o lo bien que funciona la colaboración con los colegios o el programa de óperas infantiles.

Así, afirma que ha cumplido el objetivo que se planteó cuando asumió el cargo: "Que el entusiasmo por la ópera que encontré se mantuviera igual, que se extendiera a la próxima generación".

Para ello, afirma, es muy importante no elevar demasiado los precios de las localidades, pese a las crecientes necesidades de financiación y la lucha por recibir más subvenciones públicas.

La temporada pasada la Ópera de Viena ingresó unos 35 millones de euros en taquilla, más del 30 % de su presupuesto.

"Siempre he predicado que no se pueden elevar en exceso. Siempre digo que no quiero ser el delincuente que destruya el vínculo entre la gente y la Ópera", asegura Meyer, quien rechaza la idea de entradas a las que sólo tenga acceso una "élite del dinero" pero que no necesariamente sabe más de música.

"Lo que me gusta es que la gente que viene a la Ópera entiende de ópera", cuenta.

Meyer recuerda que un tercio de las más de 2.000 entradas que se venden cada día son para visitantes extranjeros, e insiste en que la Ópera de Viena es una "locomotora" para el turismo y la economía local.

"La Ópera de Viena, llena cada día entre seis y siete hoteles de cuatro y cinco estrellas", resume.

Respecto a la temporada 2018/2019 y la celebración del 150 aniversario, Meyer destaca que se va a terminar la restauración de las pocas secciones del edificio original que resistieron el bombardeo aéreo que lo destruyó a finales de la II Guerra Mundial, y que estaban en muy mal estado.

Tras la guerra, el edificio se reconstruyó siguiendo los planes originales y se reabrió en 1955.

En lo musical, el director de alegra especialmente del estreno mundial de Die Weiden (Los sauces), una composición inspirada en "El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad y que trata sobre la migración.

"En esta época, cuando esta cuestión se plantea de forma tan vehemente, es importante que el arte también tome la palabra. Y quizás no en la dirección en la que sopla el viento", afirma.

También se estrenarán nuevas producciones de "Les Troyens", de Berlioz; de la "Lucia di Lammermoor", de Donizetti; de "Orest", de Manfred Trojahn; y del Otello, de Verdi.

El 25 de mayo, día del aniversario, subirá a escena un nuevo montaje de "La mujer sin sombra", la única ópera de Richard Strauss estrenada en este teatro, del que fue codirector entre 1919 y 1924.

Al día siguiente, en línea con esa idea de vínculo entre la Ópera y la ciudad, se celebrará un gran concierto al aire libre, con la orquesta en la calle y los cantantes actuando desde las ventanas para que "todos los que se interesan por la ópera reciban algo".

Además, durante varios días habrá emisiones de representaciones a través de un sistema de "live streaming".

La Ópera recordará su siglo y medio de existencia también con exposiciones, simposios, charlas y lanzamientos de libros y discos.