El cantaor español Diego El Cigala ofreció anoche en Quito un concierto memorable, no sólo porque en él plasmó su idilio con Latinoamérica, sino porque evocó el pasado que lo hizo un gigante junto al pianista cubano Bebo Valdés y la insigne melodía "Lágrimas negras".

El Cigala ofreció su recital "15 años de Lágrimas", con el que pasó revista a lo mejor de su repertorio y comprimió su edición discográfica en el escenario, ante un público entregado que colmó "La Casa de la Música", un centro de espectáculos de la capital ecuatoriana.

El concierto y la gira son un homenaje del artista español por los quince años de "Lágrimas negras", su disco más emblemático, que conjuga lo mejor del flamenco, el bolero, el tango y la música cubana.

Por eso el cantaor volvió a untarse de salsa y son para poner en escena las melodías de amor y desamor, con su rutilante voz, que la gente alabó a rabiar con sus aplausos.

Incluso el cuadro gripal que le afectó al llegar a Quito sucumbió ante el talento del artista, que estuvo acompañado por músicos latinoamericanos en los vientos, el piano y la percusión.

Y aunque Bebo ya no está físicamente, El Cigala parece verlo ahí, junto a él, y eso lo supo el público que, en principio perplejo por la fuerza de la música, empezó de a poco a acompañar las canciones del cantaor con los pies y con las palmas.

La salsa y el son, así como el flamenco, no son ajenas para el público quiteño, que esperaba este espectáculo desde junio pasado, cuando los organizadores cancelaron el concierto en Quito, porque El Ciagala tuvo que atender asuntos relacionados con la salud de su hijo.

Ahora, con traje oscuro y un detalle rojo en la solapa, El Cigala gustó y lo dio todo en un escenario que en otras ocasiones acoge a orquestas sinfónicas para la rítmica clásica, pero que ahora se vistió de son.

Con el aforo a tope (700 personas), La Casa de la Música vio a Diego Ramón Jiménez Salazar, nombre del artista, como un grande en su gira por el décimo quinto aniversario del disco "Lágrimas Negras" (2003), producido junto con el fallecido Bebo Valdez.

Y es que para El Cigala, América Latina es como su casa, y el pueblo de estas tierras es como si fuera el de su terruño gitano, según comentó.

"Yo, con Latinoamérica, tengo un vínculo muy especial, a través de la música y de sus pueblos", dijo el cantaor, que entonó con el alma las melodías que le identifican con su público.

Por eso canciones como "Moreno soy", "El ratón", "Indestructible", "Corazón loco", "El día que me quieras", "Se me olvidó que te olvidé" y "Lágrimas negras", entre otras, sonaron con El Cigala, que mañana reproducirá el concierto en la ciudad costera de Guayaquil.

Su actual gira internacional también lo llevará hasta finales de año por Alemania, Suiza, Estados Unidos, Colombia y España, según el portal oficial del artista.