Aquello de que cada maestrillo tiene su librillo no se queda en la simpleza de una frase hecha. El ejemplo se puso de manifiesto en el concierto que inauguró la temporada 2018-2019 de la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), celebrado el pasado 14 de septiembre en el Auditorio de Tenerife, bajo la batuta del director Antonio Méndez.

Como hecho sustancial, una nueva distribución de las cuerdas, a la "vienesa", con los primeros violines a la izquierda y los segundos a la derecha, las violas y los chelos en el centro, los contrabajos a la izquieda y la tuba y trombones balanceando los bajos a la diestra de la batuta; una declaración de principios.

Y aún cuando se hizo evidente la necesidad de una mayor comunicación entre la sección de violines, lo cierto es que el sonido ocupó todo el ancho del escenario. Lo verdaderamente fundamental fue que toda la sección de cuerdas trasladó al público un sonido más pleno y armonioso, con un equilibrio y una complementariedad desconocida en los últimos años. Además, interpretando un programa cargado de un evidente riesgo técnico, que se abrió con "Tristán e Isolda. Preludio y muerte de amor", de Richard Wagner, una pieza que es reconocida por el denominado "acorde de Tristán", y que representó un esfuerzo titánico.

A los sones del "Concierto para piano en Sol Mayor", de Maurice Ravel, la orquesta "jugó" con el piano en el primer movimiento y fue en el segundo cuando Javier Perianes (resultó evidente su complicidad con Antonio Méndez) regaló todo su talento. El final estuvo reservado a Mahler, confesada debilidad del director y su "Sinfonía nº 1 en Re Mayor", y un final cuajado de vítores y aplausos. ¿Ha nacido una orquesta?

Hoy, un concierto de lujo

La Sinfónica de Tenerife interpretará hoy un concierto de lujo protagonizado por obras de Schubert y Shostakovic, a las 19:30 horas en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. Conducida sobre el escenario por su director principal, Antonio Méndez, la orquesta contará con la participación de la violinista Alina Pogostkina como solista invitada.

El repertorio propuesto estará centrado en dos significativos compositores de música orquestal a caballo entre el siglo XIX y XX, Franz Schubert (1797-828) y Dimitri Shostakovich (1906-1975). Las obras seleccionadas para la ocasión comparten haber dormido en un cajón durante algunos años antes de ser estrenadas, al ser escritas en tiempos convulsos, especialmente para el arte.

En primer lugar, el "Concierto para violín nº1 en La Menor", un homenaje a la tradición que Shostakovich pudo estrenar tras la muerte de Stalin ya que no se adecuaba a los principios que exigía la censura.

Dentro del mismo repertorio se interpretará el trabajo más ambicioso de Schubert, la "Sinfonía en Do mayor La Grande", que nunca llegó a ver estrenada. Esta obra marcó un cambio en la época y señaló el camino que siguieron compositores posteriores, como Mahler y Brahms. La obra reúne la inagotable fantasía melódica que caracteriza al autor vienés que la OST consolidará en su interpretación bajo la dirección de Antonio Méndez.