En este caso, la lógica complicidad que fluye entre hermanos va un poco más allá. Ben y Nick Foster pasaron recientemente por el XII Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife. El primero fue el encargado de dirigir el concierto "La verdad está ahí fuera", el otro disfrutó Fimucité desde un segundo plano. "Antes de venir no éramos conscientes de la dimensión real que tenía la cita", reconocieron en las primeras etapas de una conversación en la que se colaron las partituras que le inyectaron a proyectos tan exitosos como "Torchwood" -le dio un BAFTA a Ben Foster-, "Thunderbirds" o "Doctor Who". "Sí que habíamos oído cosas interesantes de Fimucité, pero cuando estás dentro de él valoras mejor la dimensión de una aventura que transmite sensaciones positivas. Es como si formaras parte de una familia", acentuaron Nick y Ben.

Orquestador de compositores de la talla de Murray Gold o Marc Streitenfeld, Ben Foster (1977) valoró la experiencia vivida en la Isla de desde una visión muy aleccionadora. "Cuando te pones al frente de un grupo por primera vez las opciones de que te vean como una especie de amenaza son bastante altas", explicó respecto al contacto inicial con los componentes de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: "Ese recelo no existió. Un grupo con esas características está acostumbrado a hacer cosas realmente grandes y un director sabe percibir si el material que está presentando a los músicos es bien recibido o no", remarcó un maestro que, a pesar de no hablar español, encontró viento a favor en su última singladura por Canarias. "La propuesta que les hice llegar gustó y se dio un intercambio natural de energías que favoreció el montaje del espectáculo".

La visión de Nick Foster, compositor y productor reconocido con un BAFTA, no fue distinta a la de su hermano. "Además de la OST, que tiene una sonoridad exquisita, cabe destacar la presencia de tres escenarios diferentes desde los que se proyectaban actividades con una alta calidad musical", resumió en relación a las localizaciones ubicadas en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife, el Guimerá y el Leal lagunero.

Cuatro días en la Isla de los Volcanes fueron suficientes para que Ben sintiera una conexión con un territorio que fue capaz de transportarlo a uno de esos estados de ciencia ficción que suele visitar en compañía de Nick Foster. "Me apasiona el universo moldeado por César Manrique en Lanzarote", elogió sin restar ni un solo mérito al artista canario. "No es nada sencillo poder explicar un grado de belleza con unas pocas palabras. Es una tierra inspiratoria, un lugar en el que es fácil encontrar algo inesperado. Eso es lo que perseguimos los que nos dedicamos a esto. Ese factor sorpresa sobrevuela toda la isla".

Durante la conversación a tres bandas, Ben Foster dejó claro en distintas ocasiones que su mirada musical tiene una gran profundidad. "Me gusta identificarme con los sonidos tradicionales de los países que visitó y en esta ocasión he encontrado algo nuevo", avanzó horas antes de tomar las riendas de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. "Fimucité me permitió descubrir algunos secretos de la copla -estuvo entre el público durante el concierto "Cine de Barrio"-, un género que desconocía y que me transmite mucha verdad. Todo es natural. Ahí no parece que haya nada impostado".

Los clásicos, obviamente, ocupan una posición de privilegio en el ADN compositivo de un profesional que decidió mirar por el retrovisor para dar una pequeña lección a los que consideran que entre John Williams y Beethoven no existe nada en común. "Lo de escuchar a Ennio Morricone es maravilloso, pero hay que ir a las fuentes para ver si entre lo que él hizo y lo que nos dejó Ravel hay algo más que un buen gusto compartido por la música", puso como ejemplo sin solapar una idea que replicó Nick. "Hasta aquí no se llega sin esa base clásica, pero eso es lo que hay que reforzar en las salas de concierto. El público tiene que saber que un porcentaje importante de las cosas que se están planificando hoy están influenciadas por lo que ocurrió en el pasado y, si encima, logramos que se interese por un instrumento podremos doblar la apuesta".

Nick y Ben volvieron a coincidir en un punto relacionado con la convivencia de las nuevas tecnologías con las formas más clásica. "A una orquesta no le podemos modificar el su sonido... Las opciones para que suene diferente existen, pero eso no tiene nada que ver con el esquema que se establece alrededor de un grupo de estas características", puntualizó Ben Foster cuando el debate derivó hacia las sonoridades que se buscan para aventuras del séptimo arte como las que ellos suelen abordar. "Todo lo que nos ayude a sumar siempre es bien recibido", incorporó Nick. Y es que para el productor británico la clave para poder comprender esta transformación es tan sencilla como la existencia de una ley de oferta y demanda. "La competencia crece todos los días y, por lo tanto, estás obligado a ir un paso por delante. Llevamos muchos años dándole vueltas al mismo asunto: de las máquinas se habla mucho, pero lo que determina el éxito o el fracaso es un gesto humano. La tecnología aún no te puede dar ese plus".

Aunque su radio de acción llega más allá de la franja reservada para una audiencia joven, el binomio Ben & Nick sabe que ahí se oculta una de las claves de su admirada obra. "Crear para un público juvenil eleva nuestras exigencias", reivindicó el segundo justo cuando el peso del encuentro comenzó a caer inesperadamente hacia los contenidos musicales de "Thunderbirds" y "Torchwood", dos experiencias de culto que mantiene "atrapados" a millones de espectadores.

"Si rascas un poco sobre ese material enseguida te das cuenta de que estamos trabajando con algo que no es tan desconocido para la mayoría de nosotros", especificó Ben Foster al llegar a un cruce de caminos en el que coincidieron pasado y presente. "Estamos manejando un producto que se ha tenido que renovar en el tiempo... No podemos alterar la base sonora que existe de la serie anterior y eso exige ser respetuosos con la historia", sostuvo el director del concierto "La verdad está ahí fuera" sin quitarle ni un gramo de riesgo a sus decisiones. "Llegados a este punto, repetirnos sería lo más cómodo, pero eso no nos llevaría a ninguna parte", contestó Nick a su hermano. Y es que los Foster saben que no existe recompensa posible sin exhibir un grado de valentía que está muy presente en su estudio.

"No podemos ser conservadores; hay que dar algo más novedoso que no se aleje del pasado pero que, a su vez, indique estamos realizando una lectura correcta del presente. El mayor inconveniente cuando trabajas para una serie con tantos seguidores es que resulta completamente imposible contentar a todos. De lo que se trata es de buscar unos puntos intermedios que no eleven en exceso la euforia de unos y rebajen el ánimo de los otros. Identificar ese equilibrio es una garantía de futuro a la hora de planificar qué es lo que viene mañana", contaron respecto a un método de trabajo en el que Ben y Nick Foster necesitan de la implicación del grupo.

El eje generacional que se ha ido construyendo en torno a "Thunderbirds" es, a juicio de los británicos, uno de los soportes más sólidos de esta iniciativa. "Compartimos edad, gustos musicales y las influencias están claramente marcadas", enumeraron cuando sobre la mesa se habla de la buena sintonía que debe presidir armar un puzzle de estas características. "El hecho de ser muy fans de Thunderbirds ayuda a comprender mejor lo que estamos haciendo. Este es un grupo en el que no hay fisuras, en el que se aportan soluciones técnicas -asociadas al guión, el rodaje o la parte musical- que acaban siendo aprobadas por mayoría. La responsabilidad de no fallarle a la audiencia es alta y eso implica que debemos estar unidos", desvelaron al entrar en un episodio que afecta exclusivamente a la relación entre hermanos.

"La relación entre nosotros es buena", subrayó Nick mirando fijamente a los ojos a Ben. "Algún día se produce un pequeño choque, pero no dejamos que nos afecte", respondió el director de orquesta.

Ser hermanos tiene sus ventajas y sus inconvenientes cuando el objetivo es crear algo único. "Yo sé cuándo le tengo que dar espacio a Ben y él sabe cuándo debe alejarse de mí", bromeó Nick ante la mirada seria del otro protagonista de este encuentro. "Somos hermanos y la gente puede creer que no existen diferencias entre nosotros. Está claro que compartimos gustos, pero el análisis de una misma situación es lo que enriquece uno de esos momentos creativos. Es probable que los dos hayamos pensado algo parecido para solucionar uno de esas fases de atasco que suelen tener los artistas, pero las formas que empleamos para salir de ese apuro es lo que engrandece la idea definitiva", manifestó Nick cuando ya se percibía el final de la reunión.

La relación entre directores, el responsable de la serie y el encargado de dar vida a la música, se convirtió en el último apartado de la reunión mantenida hace unos días en la capital tinerfeña con los Foster. "Cada uno sabe perfectamente cuál es su misión y cómo la debe desarrollarla por el bien del grupo. Yo, por ejemplo, sé que cada tres capítulos tengo que entregar unos 75 minutos de música. A partir de ese encuentro vemos si vamos en la dirección correcta o tenemos que modificar el sentido de lo que estamos haciendo", resumió Ben.

Una de las cosas que más valora el compositor y director británico es la autonomía que le conceden a la hora de trabajar la música. El director de cine que te da libertad se está garantizando una gran partitura. No sé trata de esconder lo que haces, sino ganarte la confianza de la persona que depende de lo que cada uno pueda inventar. En ese proceso, sin embargo, hay cuestiones que no se pueden negociar. Los dos sabemos que esperan los seguidores de la serie y experimentar con cuestiones que pueden llegar a distraer su atención es un riesgo que no podemos asumir".

Evitar caer en las repeticiones, por último, es un elemento clave a la hora de planificar cómo debe evolucionar una banda sonora. "La base desde la que quieres impulsar otros sonidos. "Los guionistas y los actores te pueden dar pistas interesantes sobre lo que debes hacer en los capítulos siguientes. La música juega un papel tan determinante como los diálogos porque sirve para marcar el ritmo de las escenas. Si esta va por un lado y la película por otro, el problema lo va a tener el espectador. Él debe recibir toda la información ordenada y clara. Todo lo que sea crear una duda en el público termina fastidiando la imagen y la música", concluyó Ben Foster.

Ben

Foster

Compositor y Director de Orquesta

Nick

Foster

Compositor y productor musical