Cees Nooteboom asegura haber encontrado Ítaca, un espacio de costuras míticas que anoche coció magistralmente en compañía del portuense Juan Cruz Ruiz en la segunda jornada de la agenda "La condición humana" que forma parte del Otoño Cultural de CajaCanarias. El anfitrión reclamó un aplauso canario para un holandés errante que no se sintió intimidado por atravesar un terreno que antes cruzaron Sergio Ramírez, Manuel Rivas y, más recientemente, Muñoz Molina. "Aquí suenan igual", interrumpió.

Cruz Ruiz y Nooteboom hablaron de muertos, pero no de unos fallecidos cualquiera; Cees y Juan pusieron sobre la mesa, y no precisamente la que el invitado instaló en la que había sido una granja de cochinos para dar forma a su estudio en Ámsterdam, los restos fúnebres de grandes escritores. "Los cerdos son unos animales inteligentes", replicó el invitado, antes de que el periodista y escritor tinerfeño dijera a los asistentes que en la ciudad de los canales "están los libros, en Menorca los cactus y en el mundo tus viajes". Y es que Cees Nooteboom, además de ser un gran contador de historias, es un viajero voraz. La lista de autores que decidieron desfilar por el salón de actos pequeño del Espacio Cultural CajaCanarias de la capital tinerfeña fue interminable.

La complicidad entre los protagonistas del diálogo fue total. Cees, incluso, devolvió alguna que otra respuesta envuelta en una pregunta a su adversario ante las risas de los asistentes. Nooteboom estuvo divertido, irónico y lúcido en la mayoría de sus intervenciones. Tocó de refilón sus recuerdos de las guerras vividas, habló de las biografías que está escribiendo de Mussolini pero, sobre todo, relató sus aventuras por el mundo y de los cactus que tiene en Menorca. Ahí fue cuando Cruz Ruiz aprovechó para decir que los mortales nos movemos en un espacio en el que el riesgo a pincharnos con uno de esos cactus es elevado. También desveló los viajes del centroeuropeo por Canarias y de los poemas en los que habla de las Islas.