"En el flamenco es donde menos machismo hay", asegura la cantaora Niña Pastori, que considera que ese género da "más protagonismo" a la mujer que cualquier otro y es tan "amplio" que en su universo caben otros estilos, a los que ella siempre estará abierta: "En la música no hay puertas ni ventanas".

Ese interés por aportar nuevos aires al flamenco queda bien representado en "Realmente volando", el primer DVD de la gaditana, que saldrá mañana a la venta y que recoge su actuación en el Teatro Real de Madrid el pasado mes de julio, en el marco de su gira "Bajo tus alas".

En esa noche "mágica", Pastori -nacida María Rosa García - compartió escenario con artistas como India Martínez, Miguel Poveda, Manuel Carrasco, Rosalía o Malú, que cantaron a dúo con ella algunas de sus canciones más reconocidas, aportándoles "otro juego".

"Escuchar otras músicas, rodearte de otros instrumentos, de otras voces, de arreglos distintos, siempre te abre y te invita. Pero tu forma de cantar no puede cambiar, tu manera de cantar es la que es", dice la artista, feliz de tener el primer disco en directo después de "tantos años de canciones chulas".

Orgullosa también por cómo ha ido transcurriendo su carrera, Pastori (1978) dice que solo tiene palabras de agradecimiento para quienes han estado a su vera desde el inicio, los "grandes" que siempre la han rodeado, porque gracias a ese intercambio de conocimiento hoy su música bebe de distintas fuentes.

"Mi madre me decía que hasta del mas malo se aprende", recuerda la cantante, que el 5 de diciembre actuará en el WiZink Center, un encuentro con sus fans que espera con ilusión porque, dice, disfruta tanto de los conciertos multitudinarios como de las juergas flamencas entre amigos.

Pero, más allá de los conciertos, la de San Fernando mantiene un cálido compromiso con su público: ofrecerle siempre algo "bueno y nuevo".

"Mi marido y yo estamos siempre componiendo, en un hotel, donde sea. Siempre lo vamos guardando, como las hormiguitas, para tenerlo ahí cuando llegue el momento", revela la cantante, que cuenta una decena de discos de estudio y que en 2016 se hizo con el Grammy latino al Mejor álbum de Flamenco con su trabajo "Ámame como soy".

Su respeto por el público, explica, es infinito, como también lo es su amor por el flamenco, un género que defiende en todas sus "vertientes" y que, cree, "siempre va a estar ahí".

"El del flamenco no es un camino fácil, pero las mujeres siempre han tenido un a labor y muy importante, tienen mucho protagonismo. El baile lo hacen muchísimas mujeres y también ha habido muchas grandes cantaoras en la historia", opina Pastori, que ha vivido la pasión por ese arte desde niña, ya que su madre actuaba en peñas y tablaos en la Bahía de Cádiz.

"Hemos sido un país en el que ha habido mucho machismo, pero en todo. Hay más machismo dentro del deporte o dentro de otras profesiones", agrega la cantante, que se ganó el apoyo de Camarón de la Isla siendo una niña.

Y lo dice con la misma rotundidad con la que habla del vínculo que mantiene con su Cádiz natal -su tierra, su sitio- o con la que afirma que aún queda mucho de aquella muchacha que en los noventa cantaba "Échame una mano prima/que viene mi novio a verme".

"Quedan el espíritu y la ilusión por seguir aprendiendo", recalca Pastori, que cree que "el destino está ahí y te va llevando".

A ella la llevó, incluso, a cantar el "Ave María" de Shubert a Juan Pablo II o a entonar el himno a la Selección Española de fútbol. Por eso, aunque no sabe qué le espera en el futuro, cree que ahora y siempre está "en el mejor momento".