Cuando se recupera un edificio histórico para un nuevo uso se recupera un tesoro. Las piedras nos hablan y los edificios recuerdan la vida de las personas que han pasado por allí antes que nosotros. Se recuperan no solo valores arquitectónicos, sino valores sociales, documentales, históricos y culturales.

Villa Pastega Manera es un tesoro recuperado por Tadao Ando para la familia Benetton que creó allí, cerca de Treviso, en Italia, un centro cultural y de investigación llamado "Fábrica", donde se trabaja con un enfoque inspirado en el Renacimiento, utilizando el método learning-by-doing (aprender haciendo, o aprendizaje basado en proyectos reales), en el que experimentan chicos y chicas de todo el mundo con talentos curiosos, inquietos, ambiciosos, y generosos.

Villa Pastega Manera fue construida en el siglo XVII. La villa, con su barchesse y capilla, fue rehabilitada en los años noventa por el arquitecto japonés Tadao Ando que también aumentó los espacios de uso disponibles incluyendo la creación de áreas de estudio, laboratorios, oficinas, una biblioteca, un auditorio y un cine además de oficinas y espacios de ocio.

Para preservar la dicotomía entre la memoria histórica de la villa y la necesidad de los laboratorios y oficinas contemporáneos, Tadao Ando creó una nueva instalación a diez metros por debajo del nivel del suelo de manera que logró crear una especia de agradable baile visual, una danza mágica entre líneas rectas y curvas, de manera que el edificio rectilíneo, clásico, se cruza con la curva de una elipse nueva y crea caminos hacia la serie de columnas independientes que conducen a la barchessa acentuando unas vistas que ya eran espectaculares, a través de una plaza hundida, con ventanas de suelo a techo iluminadas de manera magistral desde arriba.

Por supuesto Ando, como todo gran arquitecto que se enfrenta a la rehabilitación de la historia, respeta, en la medida de lo posible, el carácter de la estructura existente, y logra resaltar la delicada historia de la villa con las nuevas incorporaciones, que acentúan la belleza de lo existente y del paisaje circundante.

Rodeando la mencionada plaza porticada y elíptica, se accede a los diferentes espacios de la "Fábrica", como los laboratorios, las oficinas y la acogedora biblioteca helicoidal a través de una amplia escalera. Ando utilizó los mismos materiales históricos de la casa pero con técnicas actuales de construcción, sin abandonar el estilo palladiano, creando, en esa orientación de homenaje a Palladio una línea de columnas monolíticas de doce metros de alto que se puede ver frente a la estructura, enfatizando el carácter histórico de la villa tradicional.

Ando logra inducir a través de maniobras mínimas, una experiencia interesante entre lo histórico y lo contemporáneo con sus paredes de hormigón liso y volúmenes geométricos simples.

Sobre la rehabilitación de la villa Tadao Ando declaró lo siguiente: "Las personas involucradas en una construcción deben tener una visión global del planteamiento general de lo que se quiere hacer, y no solo una visión parcial de su trabajo individual, si se desean los mejores resultados. Cuando vi a la gente trabajando en el lugar donde se encuentra la Fábrica, me sentí muy estimulado; su pasión por "construir" en el sentido más amplio de la palabra, me impresionó particularmente. Cuando hablé con ellos, me di cuenta de que habían comprendido mi visión y la del cliente y que podían visualizar tanto el proyecto global como el papel de cada individuo. Están orgullosos de lo que construyen, por lo que ponen pasión en su trabajo."

Actualmente en una exposición en el Centro Pompidou de París, dedicada a la obra del arquitecto japonés, se muestran las mejores fotografías de la sede de "Fábrica", que fue el primer trabajo de Tadao Ando