Las joyas y el vino maridan en el tiempo. Ambas manifestaciones se inscriben entre las creaciones más antiguas de la Humanidad y son el resultado, desde lo natural, de la magia de la alquimia. Habitan un espacio común: el cuerpo, en el que se apoyan y dialogan, como cargas emotivas y receptáculos emocionales.

Esta reflexiones tomadas de la artista Pilar Cotter Núñez valen para ilustrar el espíritu que pretende captar la muestra Vinal, 7ª bienal de Arte y Vino Tacoronte Acentejo, que hasta el próximo 5 de enero se exhibe en la Sala Bronzo, en la calle Núñez de la Peña de San Cristóbal de la Laguna.

El arte de estas joyas con Denominación de Origen es posible gracias al talento y la creatividad de la propia Pilar Cotter, comisaria de la muestra, con "60.20.20"; Patricia Delgado y "Eclipse"; Mª Ángeles Fernández Marín, "Brindis N.1"; Atri Galván y "Ciclo (brotación); Juan Gil, "Resurgir"; Irene G. Barrera y su "Collar Polifemo", Nerea GMurillo, "Vida es vid"; Nayra Glez, "MUVA"; Fátima Hernández y "Recuerdos"; Elia Pérez con "ENVERO"; Ángel Ponce, sin título, y Marta Ramos Trujillo con "Brotes".

Estas creaciones están realizadas en materiales tan distintos como vidrio, latón, metacrilato, plata, telas teñidas, porcelana, bronce fundido, cobre grabado o también ganchillo y seda. Y, de igual manera, los motivos son diversos.

A propósito de esta exposición, que se inscribe en la ya tradicional muestra anual Joyas de Autor, uno de los responsables de la Sala Bronzo, Ventura Alemán, considera que "esta idea de un tema común es rica y también genera un trabajo pedagógico", de ahí que se pueda repetir la fórmula.