El cantautor Joan Manuel Serrat vuelve a las Islas al compás de su gira "Mediterráneo Da Capo", un regreso al directo con una agenda de 26 conciertos, solo hasta marzo de 2019, con arranque en Canarias.

El viernes, 11 de enero, aterrizará en el Gran Canaria Arena y al día siguiente, su música se trasladará a Tenerife, al pabellón Santiago Martín de La Laguna.

Desde la organización señalan que el ritmo de venta de entradas "está siendo muy bueno" y que se prevé lleno en ambos recintos. Las localidades están a la venta en la web www.tomaticket.es.

El "Mediterráneo", que nació en 1971, cumple 48 años y a su autor le ha parecido que, siendo éste un disco inolvidable para tantas personas que han seguido su carrera, había que volver a rescatarlo y ponerlo en directo, pero bajo el formato de gira que, precisamente, se iniciará en Canarias, donde el cantautor estará acompañado sobre el escenario por hasta seis músicos.

Serrat y Mediterráneo son palabras que siempre empastarán bien. Quizá por eso, el cantautor catalán lo rescata para esta gira, pero añadiéndole un "Da Capo", expresión italiana que significa "volver al principio o al origen".

Cierto es que su juventud se ha esfumado y que la madurez ya casi lo sobrepasa; acaba de cumplir 75 años en medio de tiempos convulsos en los que en su tierra algunos lo señalan y le exigen que cante solo en catalán.

Pero Serrat es historia viva de

la música y es una realidad que sus temas han acompañado a generaciones enteras; es natural que sus letras y su vibrante voz sean la banda sonora de muchas vidas.

En este viaje se repasarán las diez canciones de aquel LP fundamental donde joyas como "Lucía", "Aquellas pequeñas cosas", "Pueblo blanco", "Barquito de papel" y el mítico "Mediterráneo" navegarán junto a lo mejor de su amplísimo repertorio más alguna sorpresa musical de nuevo cuño.

Transcurrido casi medio siglo, Serrat regresa al Mediterráneo que nunca abandonó. En tiempos de visados, fronteras y alambradas ha tenido la feliz ocurrencia de considerar que, además de ciudadano del mundo, catalán, español y europeo, lo es de su mar de cada día, esa patria líquida que une más que separa continentes, tradiciones, credos o colores de piel.