En pleno paso del siglo XIX al XX, Rusia fue protagonista de un paradigma artístico gracias a pintores como Chagall o Malévich, que revolucionaron el lenguaje junto a otras colegas como Alexandra Exter o Liubov Popova y que, como demuestra la Fundación Mapfre en su nueva exposición, en la vanguardia artística rusa "todos eran artistas en igualdad de condiciones".

Así lo ha destacado la directora del área de cultura de la Fundación Mapfre, Nadia Arroyo, tras la presentación de "De Chagall a Malévich: el arte en revolución", la exposición con la que arrancan este año y que mostrará al público desde el 9 de febrero al 5 de mayo más de 90 cuadros y 24 publicaciones de los artistas que durante las primeras décadas del siglo XX se adelantaron a la modernidad de un modo nunca visto en Rusia.

Una muestra producida por Fundación Mapfre y comisariada por Jean-Louis Prat, en colaboración con Grimaldi Forum Mónaco, en la que se dan cuatro claves para entender por qué este periodo artístico ha trascendido hasta nuestros días. Y una de ellas pone de relieve la presencia femenina entre pintores no sólo como Chagall o Malévich, sino también como El Lisitski, Vassily Kandinsky o Aleksandr Ródchenko.

"Es sorprendente -afirma Arroyo- porque están todos revolucionando los lenguajes, cada uno de una forma personal, que no tiene que ver con si son mujeres u hombres, son artistas creando nuevos lenguajes que a veces convergen. Hay momentos en los que Popova se acerca al Constructivismo con Ródchenko".

Y así lo demuestra en la sala llamada "Hacia el camino a la Abstracción", donde en una de las paredes están los Kandinsky y la de enfrente "es toda de Popova y Alexandra Exter", destaca Arroyo para quien la presencia femenina en esta muestra es "abrumadora" dada la cantidad de obras maestras, pero sobre todo porque pone de manifiesto "la igualdad de condiciones" en la que hombres y mujeres trabajaban.

Comisariada por Jean-Louis Prat, "De Chagall a Malévich: el arte en revolución" además de traer el arte de Olga Rózanova, Varvara Stepánova o Nadiezhda Udaltsova, también pone atención en el "Neopromitivismo", movimiento nacional que combinaba un renovado interés en las formas tradicionales del arte popular ruso con las técnicas pictóricas del posimpresionismo y que en esta exposición está representado en cuadros de Marc Chagall, Natalia Goncharova, Piotr Konchalovski, e Iliá Mashkov.

Fruto de esa libertad revolucionaria, los artistas rusos también fueron protagonistas del "Suprematismo" -o geometría abstracta- una corriente introducida en Rusia por Malévich alrededor de 1913 y que en esta exposición de más de dos años de producción también se destaca de la mano de otros pintores como Iván Kliun.

Según Arroyo, la muestra también apuesta por presentar otros movimientos menos conocidos como el "Cubofuturismo", un nuevo lenguaje visual que combina el cubismo francés con el futurismo italiano, y el "Rayonismo", otra expresión artística que fusionó el cubismo, el futurismo y el orfismo.

La exposición, que concluye en los años treinta, cuando los artistas ven coartada su capacidad de acción ante la llegada de un estado totalitario, muestra también una selección de artistas responsables de la renovación del campo del diseño gráfico, como Alexéi Kruchónij y su libro "Mundoalrevés".

Este proyecto, según ha destacado el comisario, ha sido posible gracias a los préstamos de instituciones como el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, la Galería Estatal Tretiakov de Moscú o el Museo Estatal de Nizhniy Novgorod, entre otros.