Jordi Savall y la orquesta Hespèrion XXI clausuraron ayer en Las Palmas de Gran Canaria el XXXV Festival Internacional de Música de Canarias con un concierto titulado "Las rutas de la esclavitud. 1444-1888".

Este evento estuvo precedido de una conferencia que impartieron el catedrático de las universidades canarias Manuel Lobo y el profesor de la Universidad de Sevilla Rafael M. Pérez sobre los comienzos de la esclavitud y las rutas que se establecieron entre África, Europa y América, circuito en el que jugó un papel importante Canarias.

Pérez centró su intervención en la construcción del sistema de tráfico de esclavos en el Atlántico durante la segunda mitad del siglo XV y finales del siglo XVI, además de explicar cómo portugueses y castellanos crearon y desarrollaron diversos mercados y tráficos de esclavos negros de África a América, a la península ibérica y entre los archipiélagos atlánticos. Por desgracia el esclavismo duró hasta el siglo XIX.

"Canarias jugaría dos funciones. Una en la que desde las islas se saltaba al continente africano y capturaban personas que eran traídas a Canarias para trabajar o eran devueltas a cambio de un rescate. Digamos que Canarias funcionó como un centro de captura y uso de esclavos. Por otro lado, las islas también sirvieron de escala para los barcos que iban en distintas direcciones para activar la circulación de esclavos en diferentes sentidos".

A pesar de que desde Canarias partían "razzias" puntuales para la captura de esclavos en las costas africanas cercanas a las islas, hay un momento en el que Felipe II prohíbe estos ataques en la primera mitad del siglo XV, y eran los portugueses los que tenían ese privilegio. Para ello contaban con puertos en lugares de la costa marroquí como Azamor, Safi o cabo de Aguer, Cabo Verde o norte de Mauritania entre otros.

También había un comercio en la segunda mitad del siglo XV en el que los esclavos eran "secuestrados" en el interior por los que llamaban "lanzados", mitad portugueses, mitad africanos. Eran individuos que conocían el idioma, los códigos culturales y estaban adaptados al clima. La mayoría de los esclavos negros que se apresaron en África procedían también de Senegal, Gambia, Guinea, Sierra Leona e incluso de Nigeria.

Los que eran capturados frente a las costas de Canarias eran para "uso local". "En aquella época la población total de las islas era escasa y el aporte de mano de obra esclava era muy importante para el desarrollo económico de las islas, para la agricultura, la ganadería o el servicio doméstico".

En Tenerife y Gran Canaria, además de en La Palma, sobre todo, los ingenios de azúcar, cuyo producto es muy demandado por la sociedad europea, y la producción de orchilla demandada por la industria textil como colorante absorben la mayoría de los esclavos negros que se traen a las islas.

El profesor Pérez comentó que es arriesgado cuantificar el número de personas que fueron obligadas a trabajar en Canarias, porque la documentación conservada no coincide con la que existió realmente. "Sí te puedo decir que en el puerto de Cartagena de Indias, entre los años 1595 y 1600, entraron al año entre cuatro y cinco mil esclavos".

En el caso de Andalucía y Portugal si hay datos más fehacientes, porque las estadísticas se basan en la documentación parroquial, en concreto en las partidas de bautismo. "El punto álgido de esclavos en Andalucía occidental en 1565 es en torno al nueve por ciento del total de la población. Este año, en Sevilla en concreto, había seis mil trescientos esclavos, y en el reino de Sevilla -Sevilla, Huelva y Cádiz- cuarenta y cuatro mil".

Los historiadores han discutido mucho sobre en qué año comenzó el tráfico de esclavos hacia América. "A partir de 1505 se empieza a formalizar el envío de esclavos negros africanos, pero es a partir de 1518 cuando se establece el sistema que va a funcionar hasta finales del siglo XVI".

Las rutas que seguían aquellos envíos de "lotes" de seres humanos en condiciones infrahumanas al nuevo continente eran complicados y cambiaban con el tiempo, según comentó el profesor de Historia Moderna sevillano.

"Al principio, la corona quiere que los esclavos salgan de Sevilla o Cádiz para controlar y saber lo que se está mandando, pero los traficantes no quieren porque al llevarlos de África a Sevilla algunos se mueren. No es rentable. Al final consiguen que los barcos zarpen de Andalucía, tocan Canarias, siguen hacia Cabo Verde o los ríos de Guinea. Ahí cargan y atraviesan el Atlántico hacia América. O los portugueses salen de Lisboa, pasan por Azores, Madeira, Canarias, África o viceversa. El abanico de posibilidades es tremendo".

Con respecto a los indígenas canarios, su esclavitud coincidió con el proceso de conquista de cada una de las islas, las últimas, Tenerife y La Palma. "Según se van conquistando las islas se van capturando y enviando a puertos andaluces, e incluso en los últimos años del siglo XV se encuentran en Ibiza, Valencia...".

Al parecer, antes de la conquista, los misioneros que habían ido cristianizando a los indígenas canarios iniciaron bastantes denuncias y procesos para evitar esta sangría, porque la le ley prohibía esclavizar a los que eran cristianos o estaban en proceso de serlo. "Se conservan bastantes pleitos y reclamaciones de los últimos años del siglo XV y primeros del XVI de religiosos a favor de los indígenas de determinadas islas".

Este investigador apuntó en este sentido que hay muchos casos sobre La Gomera en los que se informa a los reyes de que determinadas personas se llevaron treinta, cuarenta o setenta esclavos.

"Hay actuaciones judiciales en las que muchas veces recuperan la libertad, pero ocurre que estas personas, cuando eran llevadas a la península Ibérica no aguantaban y se morían si se dilataba el proceso (...) En 1520 todavía hay esclavos en Tenerife. La esclavitud guanche de ese periodo de finales de la conquista dura una generación. Luego va a desaparecer y el esclavo mayoritario va a ser el morisco, el esclavo blanco".