El 19º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria toca a su fin tras proyectar 157películas, principalmente en los Multicines Monopol.

El certamen se inauguró con Gloria Bell, un filme concebido para el lucimiento personal de Julianne Moore (no en balde figura como productora ejecutiva). Remake de la reciente Gloria del propio Sebastián Lelio, ha sido la película más festiva que ha inaugurado recientemente el certamen grancanario.

El acto de apertura contó como maestra de ceremonias con una desacertada Cayetana Guillén Cuervo, cuyo soliloquio no conectó con el público que abarrotó el Teatro Pérez Galdós. Afortunadamente su presencia fue mitigada por la atmosférica y envolvente música de GAF, de inspiración felliniana.

El festival grancanario reivindicó el cine más arriesgado y rupturista, y en esa categoría se cuentan un puñado de filmes distribuidos en las diversas secciones del certamen: ciclo Cine y Filias, retrospectiva Cattet y Forzani, Canarias Cinema o La noche más freak.

De la sección oficial de largometrajes destacaron varios títulos. Destacó Gracias a dios, de François Ozon, que introduce al espectador en el espinoso tema de la pederastia en el seno de la Iglesia Católica.También despuntóThe Mountain, de Rick Alverson, que se adentra en la controvertida técnica de la lobotomía. Truculenta.

Una de las propuestas más transgresoras fue Love Me Not, de Lluís Miñarro. Una película que cruza géneros cinematográficos, habla de géneros y tiene un final transgénero. Imperdible el sensual baile de Ingrid García Jonsson, que Miñarro define como "un descuartizamiento corporal".

Singular fue Mother, I Am Suffocatting. This is my Last Film About You. Una película de Lesoto y Catar, dos cinematografías totalmente desconocidas. Una metáfora sobre un Jesucristo moderno en África.

El Monopol Music Festival volvió a desarrollarse paralelamente, ofreciendo 20 documentales musicales, entre los que destacó Whitney, de Kevin MacDonald, que rompe con la imagen publicitaria de la malograda Whitney Houston y revela que sufrió abusos sexuales de niña por parte de una tía. Una película sobrecogedora.

También despuntó Milford Graves Full Mantis, un ejercicio de cine conceptual de gran calidad que ahuyenta al espectador estándar. Al igual que el simpar músico de jazz de vanguardia explora nuevas sonoridades, que le llevan a experimentar con su propio ritmo cardíaco, el filme de Neil Young y Jake Meginsky, indaga nuevas propuestas visuales. Imprescindible.

Por su parte, Salad Days: A Decade of Punk in Washington DC (1980-1990), de Scott Crawford, ofrece una visión del movimiento punk en la capital política del mundo, recuperando a bandas desconocidas como Bad Brains, integrada por músicos de raza negra. Explosivo.

Peret: Yo soy la rumba, de Paloma Zapata, hace justicia al creador de la rumba catalana. Sus nietos ofrecieron un pequeño concierto al final de la proyección. In the Middle of Norway, de Mia P. Salazar,muestra la dualidad entre el aspecto lúdico de la música y el terapéutico a través de la figura de Jorge Martí, cantante de La Habitación Roja.

Poca gente sabe que vive en la gélida Noruega una vida en las antípodas del rock and roll. Trabaja en un hospital tratando con personas con alzhéimer, mientras convive con la enfermedad de su esposa: el síndrome de fatiga crónica.

Emotivo concierto acústico del propio Martí para cerrar uno de los pases más concurridos de esta edición. En las antípodas se sitúa I Am Thor, una frikada. La película propone un viaje a la peculiar vida de un variopinto cantante, culturista y estríper.

No todo lo que reluce es oro. María Callas: La divina. A Portrait, es un documental que huele a naftalina. En el capítulo de conciertos cabe reseñar el concierto de Nacho Vegas, que presentó su último trabajo discográfico Violética. Propuestas dispares supusieron las actuaciones de GAF, Montefusco o Delafé.