Ciclismo

Cumbre para traer La Vuelta a las Islas

Las principales autoridades regionales se reunirán a principios de la próxima semana con los rectores de Unipublic para intentar que la ronda española concluya en Canarias en 2026 o en 2027

Dos ciclistas, con el Teide al fondo.

Dos ciclistas, con el Teide al fondo. / Carsten W. Lauritsen

Cita decisiva para hacer posible un anhelo que ya va camino de las cuatro décadas. Tenerife acogerá, a principios de la próxima semana, una reunión clave para hacer posible que la Vuelta Ciclista a España regrese a las Islas en alguna de sus ediciones más inmediatas. La anterior y única vez que lo hizo data de 1988 y, tras varios intentos fallidos, las partes implicadas parecen más decididas que nunca a llegar a un acuerdo que durante mucho tiempo parecía inviable.

La celebración de una nueva sesión del Consejo de Gobierno en Tenerife, con la presencia de los principales actores de las administraciones que colaborarían con este evento deportivo, será aprovechada para intentar dar el paso que puede resultar definitivo en este viejo deseo. Un planteamiento donde entrarían, entre otros, las consejerías de Turismo y Deporte, tanto del Gobierno de Canarias, como la de los Cabildos de Tenerife y Gran Canaria. Todos se sentarían alrededor de una mesa junto a Javier Guillén, máximo responsable de Unipublic, la empresa que se encarga de organizar la ronda española.

Será el enésimo y tal vez definitivo intento -o quizá el último, de no concretarse- de saldar una cuenta pendiente rescatada en las últimas fechas y que pasaría por el cumplimiento de dos condiciones indispensables: que la presencia de La Vuelta en el Archipiélago se lleve a cabo -al menos- en las dos islas capitalinas; y que este desplazamiento se produzca como final de la ronda.

Ya Enrique Franco, director de La Vuelta entre 1979 y 2005, había expresado abiertamente su intención de subir al Teide, anhelo máximo que no llegó a cumplir, pero que ha heredado Guillén -tal y como ha expresado públicamente en repetidas ocasiones- dentro de un planteamiento que también incluiría la ascensión en Gran Canaria al Pico de Las Nieves, uno de los puertos más famosos del cicloturismo continental. Con estas cimas de máxima exigencia dentro de la ecuación, la opción de hacer de las Islas punto de salida de La Vuelta -como ya fuera en 1988 con dos etapas en Tenerife y una en Gran Canaria- queda totalmente descartada.

En esa hoja de ruta trazada desde hace ya más de dos lustros por Javier Guillén y su equipo de trabajo y que no ha terminado de concretarse por diversos motivos -crisis económica, cambios de gobierno, pandemia...- tendrían cabida al menos cuatro o cinco etapas.

Cantidad mínima necesaria para hacer rentable el costoso traslado -logístico y de deportistas- y no alterar demasiado el calendario habitual de una gran vuelta por etapas, donde el último día de descanso suele producirse un lunes. Una amplia cifra de jornadas que abre la puerta a una tercera opción: llevar a cabo una de las etapas en La Palma.

Este reintento de traer La Vuelta a Canarias ya ha tenido serios avances previos. O al menos manifiestas declaraciones de intenciones. Como la de los responsables de Deportes y Turismo del Cabildo de Gran Canaria (Aridany Romero y Carlos Álamo respectivamente), que durante la ronda de 2023 mantuvieron una reunión con Javier Guillén. Encuentro que también llevó a cabo, más recientemente -en concreto a mediados de diciembre-, Lope Afonso con el gerifalte de Unipublic. El vicepresidente del Cabildo de Tenerife acudió a Madrid a la presentación de La Vuelta 2024 -acompañado de Ramón Sierra, presidente de la Federación Canaria de Ciclismo-, mostrando encarecidamente su deseo de que La Vuelta regresara a territorio chicharrero lo más pronto posible.

Ese pronto, temporalmente hablando, es otro de los aspectos a concretar este próximo lunes. Con la opción de 2025 prácticamente descartada, en la hoja de ruta se abre la posibilidad de que el regreso se fragüe para 2026. Una edición, la de dentro de dos años, para la que Mallorca se había postulado como aspirante a la salida, pero su candidatura parece diluirse toda vez que la masificación turística que sufre la isla balear durante agosto condicionaría la puesta en escena de la ronda hispana. Un arranque menos traumático y dentro de territorio nacional sería, en este caso, el argumento perfecto para evitar un segundo gran traslado y el consiguiente malestar en el pelotón. Si Unipublic elige dar el pistoletazo de salida en 2026 desde otro enclave exótico alejado de la Península, Canarias podría tener que esperar hasta 2027.

Aún así, ese deseo de organización y autoridades de fusionar La Vuelta y Canarias choca frontalmente con dos obstáculos: uno el logístico, y un segundo que va de la mano, el económico. Y es que trasladar toda la infraestructura que mueve una gran vuelta por etapas supone un ejercicio muy complejo y costoso, toda vez que en este caso dicho desplazamiento solo podría realizarse por barco (opción muy limitada por tiempos, aún con un día de descanso de por medio) o avión (lo que elevaría el montante de la operación).

A esos hándicaps se añade que el posible canon extra que tendría que abonar Canarias por ser final de La Vuelta. Con multitud de ciudades como punto de partida (en este 2024 saldrá desde Lisboa) dentro de su historial, que la ronda hispana concluya en Madrid es una regla no escrita. Y es que de las 38 últimas ediciones, solo en tres, Unipublic ha buscado una alternativa al Paseo de La Castellana. La escogida ha sido Santiago de Compostela con el Año Xacobeo y el octavo centenario de la peregrinación de San Francisco de Asís como argumentos para esta excepcionalidad. Ahora a los rectores isleños les tocaría rascarse el bolsillo para hacer posible otro desenlace alejado de la norma.

Además, para que La Vuelta regrese a las Islas, y en concreto a Tenerife, también se deberá desbloquear otro punto clave: el Teide. Es condición intocable por parte de Unipublic de que la línea de meta de la etapa en cuestión esté instalada lo más cerca posible del volcán. Más aún sí, para terminar de rizar el rizo e innovar, se decide que esta ascensión tenga lugar el domingo final. Pero este anhelo se topa con la normativa actual de uno de los Parques Nacionales de mayor renombre del territorio nacional. Un reglamento que prohíbe la organización de acto deportivo alguno dentro de su límites. Solo se ha dado luz verde, en el caso de una prueba ciclista, a que la misma discurra por sus lares, pero únicamente en tránsito. La Vuelta a Tenerife, en varias de sus ediciones, ha tenido que pasar por este particular aro. Incluso una marcha cicloturista, la Vuelta al Teide, ha tenido al punto más alto de España solo como testigo del paso de sus más de 300 participantes.

Deberán ser las autoridades competentes locales -con el Cabildo de Tenerife a la cabeza- los que autoricen una excepción que, de producirse, contará aún así con numerosas restricciones -de espectadores, vehículos y logística- para evitar que se produzca el más mínimo daño al Parque Nacional. Será, solo una más de las condiciones a acordar este lunes para que Canarias albergue, de nuevo, una de las pruebas más prestigiosas deportivas a nivel mundial.