El pundonor de Angélica Nieto, la tinerfeña que se proclamó campeona de Europa estando lesionada: "Pensé que todo había valido la pena y en lo importante que había sido mi padre"

La joven de Granadilla de Abona se alzó en Azerbaiyán con el oro continental en grappling gi

Su entrenador, José María Nieto, también es su padre

Angélica Nieto y su padre, José María Nieto

Angélica Nieto y su padre, José María Nieto / E.D.

Jueves 30 de mayo, día de Canarias. En las Islas toca celebrar -muchos en familia-, disfrutar de la comida típica y, por qué no, presumir un poco en redes sociales, que también va tomando forma de tradición.

En Azerbaiyán, Europa del este, la tinerfeña Angélica María Nieto se prepara para uno de los días más importantes de su vida. Ella todavía no lo sabe, pero está a solo unas horas de convertirse en la campeona europea U 17 de grappling gi (un deporte híbrido que combina diferentes estilos, algunos modernos y otros más tradicionales de lucha y artes marciales, como el Judo, sambo, jiu-jitsu y jiu-jitsu brasileño) con quimono. El día antes, la joven natural de Granadilla de Abona ya se había colgado una medalla de plata en otra modalidad.

Y pensar que estuvo a punto de renunciar a competir. Ese segundo puesto dejó consigo una dolorosa lesión de rodilla que le dejó a Angélica la pierna prácticamente inmóvil. Lo tenía casi todo en contra. A favor, su perseverancia y su entrenador -que también es su padre-, José María Nieto. Nieto, director de la academia Gracie Barra Tenerife (San Isidro) y del club que lleva el mismo nombre, convenció a su pupila de que no se precipitara y apurara al máximo antes de rendirse.

La receta de la paciencia no funcionó. La tinerfeña despertó con dolor y seguía sin poder apoyar la pierna. Otra vez las dudas -más que razonables- y el pesimismo. Pero José María, quizá esta vez más como padre que como entrenador, no estaba dispuesto a dejar escapar así el sueño de su hija. Cogió un taxi a primera hora (alrededor de las siete de la mañana) y acudió a la farmacia más cercana para adquirir una rodillera y una pomada (de esas que arden en la piel, pero hacen milagros).

Unos minutos de charla bastaron para llegar a la conclusión definitiva. “El ligamento me dolía, pero más me pesaba la frustración de no poder pelear. Entonces dije: Si no compito, ya habré perdido. Si tengo que dejarme la rodilla en el tatami, pues la dejo”, recuerda Angélica.

Lo que pasó después ya lo saben. Dos triunfos en las dos primeras luchas y la medalla de plata asegurada. Para ese entonces, por supuesto, ya no era suficiente. “Ahora, a por el oro”, dijo convencido José María. Y su niña cumplió. De camino, rodillera, hielo, pomada y quimono. Una y otra vez, mientras dejaba por el camino a sus adversarias. También ayudó la estrategia, tocó “luchar por abajo” para disminuir al máximo el riesgo de que la lesión empeorase.

Angélica y su padre se abrazan tras proclamarase ella campeona de Europa U 17 de graplling gi

Angélica y su padre se abrazan tras proclamarase ella campeona de Europa U 17 de grappling gi / United World Wrestling

De su relación con su entrenador, y con su padre, Nieto reconoce que es compleja porque “cuesta no llevar los problemas de casa al gimnasio, o viceversa”. “Que sea su hija no significa que me trate mejor, más bien al revés, porque tenemos mucha confianza”, confiesa la campeona mientras se ríe. Aun así, dice sentirse muy afortunada. “Sin él no habría conseguido nada de todo esto, no habría llegado a donde estoy ahora”. Una prueba de ese vínculo es la primera idea que rondó su cabeza justo al ganar el oro. “Pensé en que todo había valido la pena y en lo importante que había sido mi padre. Casi se le escapaban las lágrimas, nunca lo había visto así. Estaba más feliz que yo”, explica con una carcajada cómplice.

El camino reciente de la granadillera no ha sido fácil, quizá ahí radica su fortaleza. Es muy joven, pero ya ha tenido que lidiar con la frustración y la decepción. Lo hizo hace cosa de año y medio, cuando se estancó, perdió la confianza en sí misma y se planteó bajarse del tatami. Dejó de entrenar dos semanas. Ella lo recuerda como “mucho tiempo” porque se le hizo “una vida” y le pidió consejo a José María. Hablaron, reflexionaron y algo en ella cambió por completo. Desde entonces, campeona de Canarias, de España y de Europa.

El siguiente objetivo es el mundial de Kazajistán, que preparará de la misma forma que los últimos torneos, con tres horas diarias de entrenamiento de lunes a sábado, más algún domingo si hiciera falta. Empezó con tres años en la esquina del gimnasio, haciendo lo que buenamente podía una niña de su edad. Ahora aspira al Campeonato del Mundo U 17, a corto plazo, y al Mundial absoluto de Ibjjf, que se celebra en California.