Atletismo

Un oro desde la adversidad

El candelariero Adrián Pérez, del Tenerife CajaCanarias, brilla en La Nucía y conquista el Nacional

Su historia de campeón representa algo fuera de lo ordinario

Adrián Pérez en una competición.

Adrián Pérez en una competición. / TENERIFE CAJACANARIAS

Tras una travesía marcada por las lesiones, el pertiguista Adrián Pérez Suárez encarna una historia digna del cine, llena de contradicciones con un deporte al que ha entregado su vida, una relación que no ha sido fácil. Su trayectoria vislumbra un destello dorado en el Campeonato de España celebrado en La Nucía el pasado fin de semana.

Adrián Pérez, pertiguista del Tenerife CajaCanarias, logró colgarse la medalla de oro el pasado viernes en el Campeonato de España absoluto al aire libre, celebrado en La Nucía (Alicante). Pérez, de 25 años, elevó su salto a 5.45 metros, estableciendo así el mejor registro de la temporada y reafirmando su dominio en la modalidad.

Natural de Candelaria, Adrián Pérez Suárez comenzó en el deporte desde muy joven, a los cinco años, en el Club Atletismo Trotamundos de Candelaria. A la edad de 14 se trasladó al Centro de Atletismo de Tíncer para entrenar en pruebas combinadas, dedicándose a ellas hasta 2018, cuando decidió especializarse en salto con pértiga en el Tenerife CajaCanarias, su club actual. Desde septiembre de 2019, el pertiguista entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, enfrentando los desafíos que conlleva una disciplina tan exigente como costosa, donde cada pértiga puede alcanzar los 800 euros.

La medalla que consiguió el pasado viernes se cubrió de un oro logrado a través de un camino titánico. Después de establecer su mejor marca en 2022, Pérez sufrió una fractura en una vértebra tras un golpe con una pértiga que puso fin a su temporada. Las lesiones siguieron, poniendo en duda su continuidad y dificultando su capacidad para volver a disfrutar.

Pérez confiesa que había pasado «muchas competiciones queriendo dejar la pértiga» porque le «afectaba demasiado». De hecho, una semana antes del Campeonato de España, el tinerfeño experimentó un punto de inflexión: «Estaba harto. No recordaba la última vez que había disfrutado de una prueba y me planteé que no iba a volver a competir como lo estaba haciendo», verbaliza. Entonces, decidió adoptar una nueva mentalidad, aceptarse a sí mismo y a sus marcas, y simplemente «disfrutar del deporte» sabiendo que «no iba a durar para siempre». La vida de un deportista de salto con pértiga no es eterna, Adrián Pérez, quien también posee el récord de Canarias absoluto (5.51 metros en el Meeting de Castellón del pasado curso), admite que «no le quedan muchos años».

También en la semana anterior al Campeonato de España, el atleta isleño recibió una infiltración de corticoides en su tendón de Aquiles; era su tercera infiltración y «no sabía si podría competir». Además, a finales de abril, sufrió una rotura de 11 milímetros en el isquiotibial, lo que le supuso seis semanas de parón cuando solo faltaban ocho para la prueba del pasado fin de semana. «Estaba en un punto en el que iba de lesión en lesión, no recuperaba, no levantaba cabeza y no era capaz de disfrutar. A veces llegaba a la pista sin ganas de entrenar, cuestionando el sentido de lo que estaba haciendo», explica.

Estaba harto. No recordaba la última vez que había disfrutado de una competición

Adrián Pérez

— Atleta de Tenerife CajaCanarias

Pérez veía a sus compañeros «ganando dinero y experiencias en el mundo laboral», mientras él se enfrentaba «a sí mismo, maltrataba a su cuerpo y perdía su juventud». «Me ausentaba de todos los planes que hacían, solo para que llegara agosto y no haber logrado nada porque había estado lesionado y no podía rendir». A raíz de este complejo proceso, el tinerfeño tomó la decisión de cambiar su mentalidad, aceptarse a sí mismo y sus circunstancias, y simplemente «disfrutar del proceso».

Román Martín Zoilo, entrenador de Adrián Pérez, ha sido un factor decisivo para que este lograra la medalla de oro en el Campeonato de España. Su habilidad para motivar al tinerfeño en los tramos más peliagudos ha sido fundamental en el reciente éxito del pasado viernes. «En los días en los que no tenía motivación, él estaba ahí para recordarme que debía seguir adelante, y gracias a él no he parado», explica el pertiguista candelariero.

Sobre su estelar actuación, Pérez no veía del todo claras sus opciones como campeón de España: «Mientras calentaba, ya ni me importaba; es decir, claro que me importaba, pero no iba a permitir que me condicionara». El tinerfeño ya había tomado la decisión de disfrutar, sin importar el resultado. Tenía una tendinopatía en el tendón de Aquiles que lo estaba limitando, y solo realizó un salto durante el calentamiento porque «no podía desgastarse». «Todas las posibilidades estaban abiertas, incluso quedarme sin competir, y mi decisión fue aceptar cualquier resultado», concluye.

Con el oro todavía resplandeciente entre sus manos, Pérez se encuentra «aburrido» ante la constante insistencia de quienes le aseguran que posee el potencial para igualar a las más grandes figuras de la pértiga española. Esta situación lo ha colocado bajo una presión de «máximas expectativas», que ha sido «el detonante» de su tensión. Al final, «quien verdaderamente disfruta es aquel que posee una claridad mental superior», reflexiona el tinerfeño.

Disfrutar para reencontrarse

Al ser preguntado acerca de su futuro en el atletismo, Pérez admite que, en otro tiempo, habría respondido que algunos de sus objetivos incluían batir el récord de España, superar la barrera de los seis metros o participar en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, el atleta manifiesta que su único deseo es «volver a disfrutar tras más de dos años de un cúmulo de lesiones».

Con su medalla de oro, Pérez no solo celebra un triunfo deportivo, sino también una victoria personal. Su decisión de disfrutar del atletismo le permite recuperar la alegría en la competición y establecer un ejemplo inspirador para otros atletas que se encuentren en situaciones similares.

Consejo para jóvenes

El pertiguista del Tenerife CajaCanarias Adrián Pérez subraya la importancia de no olvidar nunca el motivo por el cual los atletas comenzaron a practicar deporte. «Nunca deben olvidarse de por qué hacen esto», enfatiza. El deporte debe ser una pasión, una fuente de alegría y una parte esencial de su vida, no solo un medio para alcanzar el éxito y las medallas. «Cuando tengan 40 años y miren atrás, tendrán muchos recuerdos aparte de las medallas obtenidas», continúa. Pérez insiste en que los jóvenes atletas no deben permitir que las altas expectativas y los objetivos «condicionen su salud mental y su disfrute del deporte». La realidad, según el tinerfeño, es que en una carrera deportiva es probable que haya más fracasos que éxitos. «Es una lucha constante contra todo», explica. Cada atleta se enfrentará a momentos complejos en los que, por ejemplo, «deben estar preparados para gestionar sus fracasos». «No es nada gratificante levantarse cada día con ansiedad y desesperación por no alcanzar un objetivo», concluye el atleta tinerfeño.