No hay una forma muy clara de salir airoso de partidos como este. Son un compromiso, en especial si el adversario se juega algo y hay terceros esperando que les hagas un favor. Es un día en el que hay que estar sin estar más de la cuenta; jugar sin meter la pierna a tope, ganar sin correr riesgos... Y eso en el fútbol actual es un virtuosismo solo reservado a los gigantes. El Tenerife es el mejor equipo de la categoría, pero no le sobra tanto como para ganar un partido sin involucrarse al cien por cien.

Ayer no lo hizo. No era un momento para hacerlo. Entró al encuentro en la primera parte con una alineación apañada, plagada de buenos jugadores, pero en la que no estaban los mejores... y durmió una larga siesta hasta el descuento, cuando encajó el gol. El equipo de Cervera asumió la posesión de la pelota frente al repliegue de un Alcalá que vino a dejar pasar los minutos, por si acaso llegaba a pasar algo, que acabó sucediendo cuando menos se esperaba. De hecho, el Tenerife puso esta vez en el campo casi más gente de lo habitual dotada para tener el balón. Pero se durmió en su propio toque. Nico se metió por dentro para echarle una mano a Cristo, enredado entre defensas; Carlos jugó o quiso jugar a otra cosa, a encarar, a desbordar individualmente, pero el rival le negó los espacios para correr y le frenó con ayudas defensivas en cada una de sus acciones; a Ayoze le adivinaron todas sus picardías y no pudo salir de sus regates... Total, que sin espacios para correr, sin referencias ofensivas de estatura con las que cambiar el juego de posesión y mezclar algo de pase largo, sin profundidad ni ocasiones, el Tenerife acabó por apagar pronto su chispeante salida y fue perdiendo ritmo hasta aceptar un partido de guante blanco.

Entonces, con el personal más pendiente de las ingeniosas protestas desde la grada por la política de precios para el "play off", llegó la jugada aislada que dio origen al gol visitante, que cayó sobre el partido como un golpe mortal.

Álvaro Cervera decidió impulsar a su equipo con los cambios y de inicio, en la segunda parte, metió en el campo a Bruno y a Luismi Loro. Para buscarles su mejor sitio fue moviendo piezas: quitó a Ochoa, subió a Alberto a medio campo y colocó a Bruno de central. Lo de Luismi le resultó más directo, porque sacrificó a Nico y rodó a Cristo a la izquierda. La aparición de Loro le dio sustancia al ataque del equipo. De hecho, un remate suyo, llegando al área por sorpresa tras recibir un pase de Cristo, pudo suponer el empate. Juancho respondió con un paradón escalofriante. Habían pasado 14 minutos y podía añadirse la anotación de primer tiro a puerta del Tenerife en el partido...

En adelante, la producción de juego de los blanquiazules fue creciendo. Entró Aridane para jugar media hora. El cambio trajo consigo otro efecto dominó. El sacrificado fue Rigo. David Medina se retrasó a la línea defensiva, porque habida cuenta que no había más dirección en el juego que el ataque local, lo normal era aprovechar más a los futbolistas para empezar mejor la jugada desde el fondo. Alberto se quedó solo en el medio y Luismi Loro tomó la responsabilidad de venir a la zona de pivotes para armar las jugadas. Entonces Cristo se metió por detrás de Aridane y Ayoze se fue a la banda izquierda, tratando de abrirse caminos con su regate. El ejercicio abierto de ataque retrató en el Tenerife ciertas limitaciones, en especial por la falta de fútbol de sus dos laterales ocasionales.

El Alcalá, que procedió a hacer los cambios de signo contrario, cada vez más defensivos, empezó a creer que era posible, porque escapaba vivo en las ocasiones locales y porque el reloj seguía corriendo. Sus pérdidas de tiempo y su descaro repliegue intensivo convirtieron su partido en un ejercicio de supervivencia, casi al límite. Aridane tuvo otra ocasión cerca del final, pero cruzó mucho la pelota, a la que no llegó Ayoze, que desbordó en el 41 y entregó el balón al área sin mirar para desesperación de Luismi Loro, que esperaba solo para empatar.

En plena carrera contra el reloj, con la angustia visitante llamando casi a la compasión, el público se metió de lleno en el partido para empujar a los suyos en busca de un gol que no llegó ni con los cinco minutos de descuento, cortos incluso teniendo en cuenta que el juego estuvo parado varios por la lesión grave de Iván García y otro puñado de ellos interrumpido por los continuos calambres que representaron los jugadores de un Alcalá que vuelve a aferrarse a una gesta en el Heliodoro para acariciar un sueño que antes del partido parecía una quimera.

La historia no guarda grandes espacios para partidos como este, pero sí los reserva para los que vienen. Razón para no mirar atrás.

cd tenerife-ALCALÁ

CD Tenerife: Roberto, Sergio Rodríguez, Rigo, Tarantino; David Medina, Alberto; Carlos Portero, Cristo Martín, Nico y Ayoze. Tras el descanso Bruno y Luismi Loro ocuparon los puestos de Ochoa y Nico. En el minuto 61, Aridane entró por Rigo.

RSD Alcalá: Juancho (2); Edu Ruiz (1), Iñaki (1), Stefan (1), Julio (1); Perea (1), Iván García (1); Jairo (0), Tello (1), Biendi (1) y Mesa (1). En el minuto 52, Javi Díaz (1) entró por Jairo; en el 58, Gilardoni (0) sustituyó a Iván García y, en el 72, Gazapo (s.c.) suplió a Mesa.

Árbitro: David Jiménez Moreno (1). Castellano-manchego. No influyó en el resultado, pero no tuvo tampoco una tarde muy acertada en las jugadas de apreciación. Mostró tarjetas amarillas a Stefen (8''), Julio (21'') y Alberto (90'').

Gol: 0-1, min. 45: córner al segundo palo, sale en falso Roberto y Mesa cabecea a la red.

Incidencias: Partido de la trigésimo séptima jornada del Campeonato Nacional de Liga en el Grupo I de Segunda División B, disputado en el Estadio Heliodoro Rodríguez López, ante 10.621 espectadores. A los 15 minutos aparecieron dos pancartas, una en cada fondo con la frase "Como no te voy a querer... cobrar" y se desataron los cánticos de protesta del Frente Blanquiazul contra los dirigentes, pidiendo la dimisión de Miguel Concepción por la decisión de cobrar a los abonados en el partido de la eliminatoria por el ascenso. Al descanso, todos los integrantes de la cadena de filiales del Tenerife formaron en el centro del campo y recibieron la ovación del público. En el minuto 58 se lesionó el visitante Iván García, que fue evacuado en camilla, con una posible luxación en el hombro derecho. El árbitro mandó a Roberto a cambiarse la camiseta justo antes de sacarse el córner del gol visitante.

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