Los campeonatos de liga regalados al Barcelona convirtieron al Tenerife en el invitado idóneo del XXVIII Trofeo Joan Gamper. Se rompía así una tradición de casi dos décadas de no incluir a conjuntos españoles en la prestigiosa relación de convidados a un torneo que entonces tenía carácter cuadrangular y se disputaba en dos días consecutivos. Además del Barça en su condición de anfitrión, Atlético Madrid (1967), Athletic Bilbao (1968 y 1974) y Zaragoza (1969) eran los únicos que habían acudido a una cita que los azulgranas dominaban con mano firme: sumaban tres títulos seguidos y habían ganado ocho de las diez ediciones anteriores.