El Manchester United ha apostado por el rigor táctico y la experiencia con vestuarios difíciles que acumula el holandés Louis Van Gaal para guiar al equipo en una de las encrucijadas más delicadas de su historia reciente.

Los "diablos rojos" pasarán el próximo curso fuera de Europa por primera vez en 25 años, una situación que amenaza con agriar aún más el ambiente en un vestuario que tensó las relaciones con su anterior técnico, el escocés David Moyes, hasta que fue despedido cuatro jornadas antes de terminar la Premier.

No es la primera vez que Van Gaal, de 62 años y con tres temporadas por delante en Old Trafford, afronta la tarea de reflotar un vestuario en crisis.

Sin ir más lejos, la selección de Holanda le contrató en julio de 2012 para poner orden en un combinado nacional al que la prensa local acusó de falta de disciplina tras acabar con cero puntos la fase de grupos de la última Eurocopa y confía en él para guiar al equipo en el Mundial de Brasil antes de incorporarse al United.

Tres años antes, en 2009, Van Gaal había aterrizado en Múnich con la misión encauzar las luchas de poder internas que le habían estallado en las manos al alemán Jürgen Klinsmann en el Bayern.

El holandés supo encajar las personalidades de sus principales estrellas, el también holandés Arjen Robben y el francés Franck Ribéry, con las aspiraciones de jugadores en fase de crecimiento como los alemanes Bastian Schweinsteiger y Thomas Müller, para forjar un equipo imbatible aquella temporada en la Bundesliga.

El Bayern ganó aquel año la liga, la Copa de Alemania, la Supercopa de Alemania y alcanzó una final de la Liga de Campeones que acabó perdiendo ante el Inter de Milán en el Santiago Bernabéu (0-2).

Aquellos trofeos, los primeros de importancia que ganaba Van Gaal tras su convulsa salida del Barcelona en el año 2000, relanzaron su imagen pública.

A pesar de haber ganado dos ligas, una Copa del Rey y una Supercopa de Europa en Barcelona, Van Gaal salió rodeado de polémica de un Camp Nou que todavía echaba de menos el fútbol de fantasía de Johan Cruyff y que criticó los rígidos métodos del holandés, que dirigía los partidos permanentemente armado con una libreta en la que no dejaba de tomar notas.

Van Gaal introdujo en el Barcelona algunos métodos del fútbol moderno como los programas informáticos para controlar los entrenamientos y durante sus años en el club azulgrana se preocupó por los jugadores en formación de la Masía casi tanto como de su primera plantilla.

Bajo su protección debutaron futbolistas como Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Víctor Valdés y Carles Puyol, que acabarían convertidos en jugadores de referencia tanto en el club azulgrana como en la selección española.

Su insistencia en fichar a jugadores holandeses, sin embargo, le pasó factura en el Camp Nou: en 1999, siete jugadores el primer equipo venían de la cantera, mientras que ocho eran compatriotas de Van Gaal, ganador de la Liga de Campeones en 1995 con el Ajax.

El portero Ruud Hesp, los defensas Michael Reiziger, Frank De Boer y Winston Bogarde; los medios Frank De Boer y Phillip Cocu, así como los atacantes Patrick Kluivert y Boudewijn Zenden, copaban las alineaciones de un equipo con un juego menos vistoso de lo que esperaban los aficionados del Barcelona.

Cuando todavía queda más de un mes para que Van Gaal tome las riendas del United, el técnico ya ha sugerido que Robin Van Persie, su compatriota y delantero titular de la selección de Holanda, podría heredar el brazalete de capitán que deja vacante el serbio Nemanja Vidic.

Tras dos temporadas en Old Trafford, Van Persie, de 30 años, se convertiría así en la máxima autoridad entre sus compañeros en un vestuario en el que también convive el inglés Wayne Rooney, de 28 años, que debutó hace un decenio con la camiseta de los "diablos rojos".

El veterano Ryan Giggs, retirado como centrocampista para ayudar a Van Gaal como segundo entrenador, hará previsiblemente las labores de enlace entre el técnico holandés y sus hasta ahora compañeros.

Con todo, el galés no será el único hombre de confianza de Van Gaal en Old Trafford.

El técnico llegará a Manchester junto con dos holandeses para cubrir los puestos de entrenador de porteros (Frans Hoek) y de analista técnico (Marcel Bout).