Carlos Ruiz actuó ayer como portavoz de un grupo de futbolistas roto por las tres últimas actuaciones arbitrales y, a la conclusión del entrenamiento de recuperación desarrollado en el Heliodoro, reconoció que estaban "fastidiados por cómo se dio el partido". A su juicio, "el equipo hizo un esfuerzo muy grande para dejar los tres puntos en nuestro casillero y te marchas dolido".

Entrando en detalle, el central granadino cree que el penalti "se vio claro en el campo y luego por la televisión". Lo que le "cuesta creer" es que Valdés Aller no apreciara la acción "viendo como estaba ubicado y el lugar del penalti". Evitando la teoría de la conspiración, prefiere pensar que es "una casualidad" y que el colegiado "no lo hizo a posta". Pero sigue sin entender por qué "no consideró oportuno pitarlo".

En este sentido, aunque reconoce que "los árbitros son personas y pueden fallar", no deja de plasmar la sensación que comparte con sus compañeros en estos momentos: "Llevamos tres semanas consecutivas en las que no estamos sumando los puntos que deberíamos por ciertas jugadas. Con ellos, estaríamos metidos de lleno en la lucha por el play-off". Por eso, pide que el trato sea más correcto. "Viendo las últimas actuaciones, los árbitros no están siendo respetuosos con nosotros", expone.

Valdés Aller no dio explicación alguna. "Cuando nos pitan el penalti en contra, que me parece claro también siendo justos, le dije que tenía que haberse atrevido a pitar también el otro. Pero ahí no dice nada. Saca amarilla a Raúl (Cámara) y ya está", cuenta Ruiz.

Quedan cinco jornadas y, como uno de los capitanes de la plantilla insular, se niega a bajar los brazos. "Cada vez nos queda menos margen de error, pero aún hay opciones", advierte.

Valdés Aller: un policía local con 2 "Gurucetas"

Jorge Valdés Aller, natural de León y de 34 años, es un niño prodigio del arbitraje. Ascendió a Segunda A con solo 28 años y, en las dos últimas temporadas, ha conseguido alzarse con el Premio Guruceta que entrega el diario Marca al mejor colegiado.

Este policía local de La Bañeza, donde la UD Las Palmas tiene una famosa peña, ha dirigido hasta 11 encuentros del CD Tenerife, con el balance de tres victorias blanquiazules, cinco empates y tres derrotas. Esta misma campaña ya protagonizó una actuación polémica en el Heliodoro, donde obvió un penalti de Deivid sobre Aurtenetxe que pudo deshacer el empate final.

Su padre, Teodoro Valdés Sánchez, también fue árbitro. Y de Primera División. Al Tenerife le pitó tres veces en los cursos 89-90 y 90-91. No ganó con él impartiendo justicia. Mera casualidad. El joven Jorge, que quiere igualar a su padre llegando a la máxima categoría, cuenta con algún escándalo aún mayor. En un Elche-Celta de 2011 expulsó a seis del bando local (cuatro de ellos jugadores).

Casualmente, también enseñó el camino de los vestuarios aquella temporada a Raúl Agné en un Betis-Girona. El extécnico blanquiazul le acusó de no decir la verdad en el acta posterior: "Y el que miente, es un mentiroso", añadió.