Rubén Castro Martín, de 35 años, llegó en 2010 al Real Betis con una trayectoria de trotamundos del fútbol a sus espaldas y, desde entonces, no ha parado de pulverizar registros goleadores con el ''24'' en su camiseta y erigirse con ello en la incombustible referencia de los béticos en la punta de su ataque.

Los marca de todas las maneras y el triplete que anoche logró en Faro (Portugal) ante el Sporting de Lisboa ejemplifica el modo con el que se maneja este menudo ariete en las inmediaciones del área, en las que parece que no está hasta que aparece, de cabeza, de un latigazo tras un desmarque y en el área pequeña en un rechace.

"Rubén no entiende de partidos amistosos" o "la lámpara maravillosa de Rubén" son algunas de las expresiones con las que la web del Betis habla de la actuación del ariete de Las Palmas en la Copa Ibérica que ganaron los béticos por 2-3 a los lisboetas.

El técnico del Betis, el uruguayo Gustavo Poyet, lo definió al decir "es Ruben Castro y ahí está" o que "demostró lo que es, nada más" tras jugar acompañado en la punta del ataque con el paraguayo Arnaldo Antonio ''Tonny'' Sanabria, con quien se asoció a la perfección y quien le sirvió dos de los tres goles que anotó.

"Hoy (por ayer) le jugamos con otro delantero para que se sienta cómodo él también. No sé desde cuándo no juega con otro delantero al lado desde el inicio y demostró lo que es, nada más", explicó el entrenador bético al término del partido.

Las pretemporadas sirven para afinar la puesta a punto y facetas del juego como la puntería, y la de Rubén Castro parece que es la continuación de la temporada anterior, en la que logró 18 goles que fueron claves para que el Betis lograra su objetivo de permanecer en Primera tras el ascenso del año anterior y que acabara en la décima posición.

Sus goles representaron casi el 60% de los que lograron los verdiblancos y supusieron muchos de los puntos de la salvación, ya que una de las virtudes del canario es su capacidad de desatascar los partidos y lo que en jerga futbolística se conoce como "abrir la lata" o romper la resistencia del rival.

Sin hagiografías como otros ídolos béticos, como el "Pichichi" Hipólito Rincón, Alfonso Pérez, Joaquín Sierra "Quino", Rogelio Sosa o Gabriel Calderón, el ''24'' es ya por derecho propio, con sus más de 120 goles en partidos oficiales, el máximo goleador de la historia verdiblanca.

Rubén Castro llegó al Real Betis en 2010 tras una amplia trayectoria de trotamundos del fútbol que le llevó desde Las Palmas, donde nació y debutó como futbolista, a Albacete, La Coruña, Santander, Tarragona, nuevamente La Coruña, Huesca y al Rayo Vallecano, desde donde llegó al Betis.

La página web del Betis subrayaba en su día esta circunstancia al señalar que esta "leyenda viva" ha conseguido "aquí la estabilidad que no encontró en el Deportivo de La Coruña, donde cada verano le buscaban destino para ir cedido".

Desde su llegada, el delantero no ha parado de pulverizar registros en el equipo de Heliópolis y contribuir con sus goles a ascensos, permanencias, eliminatorias coperas y clasificaciones europeas, y de convertirse con ellos en el máximo goleador de la historia bética y principal referencia del "panteón" de goleadores béticos de siempre.