El 25 de octubre de 2003 un humilde club del Puerto de la Cruz logró codearse por primera vez con los mejores equipos de Europa al debutar en Copa LEN (Liga Europea de Natación). Comandados en el banquillo por el cubano Pedro Biart, el CN Martiánez puso rumbo a la ciudad rusa de Moscú donde jugaría la primera fase ante Ethikos Pireos de Grecia y Dinamo Moscú. Por aquel entonces, ya llevaban diez años en la máxima categoría del waterpolo español. "El proyecto del Martiánez era una referencia para Tenerife y toda Canarias al contribuir a mantener el alto nivel deportivo a pesar de ser una actividad minoritaria", recuerda Isidoro Sánchez, presidente de honor de la entidad portuense.

Aquella no fue la única participación en Europa. Cuatro años en Berlín, jugó con equipos de renombre tales como PSV Eindhoven, Energia Catania y Spandau 04. Uno de los que por aquel entonces jugaba en el equipo, Juan Pablo Sánchez explica que para ellos fue "un sueño luchar contra los grandes clubes del continente". "Y lo mejor es que siempre dábamos mucha guerra a todos sin importar el nombre", puntualiza el último entrenador del Martiánez en División de Honor junto y ahora técnico del Acuasport.

Entre tanto, la ciudad turística sería epicentro del waterpolo español en enero de 2006, cuando los ocho mejores equipos del país disputaron por primera y única vez en la historia una Copa del Rey en la Isla. Los tinerfeños se plantaron en semifinales tras derrotar en cuartos al Ondarreta Alcorncón. En semifinales cayó ante el Sabadell que se acabaría llevando la victoria. "Se puede decir que fue una de las grandes hazañas del equipo. David venció a Goliat, o al menos lo puso en aprietos", apunta.

La triste realidad actual: a la espera de noticias

Lejos ya de todo aquel éxito y centrados en la competición autonómica (se vieron obligados a renunciar a categoría nacional en 2011 por razones económicas), la situación actual del Martiánez es límite debido a la avería que afecta desde diciembre de 2015 a la piscina de Puerto de la Cruz, cerrada a cal y canto. Aunque el Cabildo tiene previsto un arreglo total con el objetivo de crear allí el Centro Insular de Natación (se espera que las obras acaben a finales de 2018), esta coyuntura ha afectado de lleno a los clubes. La sección de natación entrena en el Complejo Deportivo de Santa Úrsula, mientras que la de waterpolo lo hace en la piscina del Colegio Pureza de María de Los Realejos. En ambas pagando. Esta situación ha hecho que la sección de waterpolo haya perdido una gran masa social que muy difícilmente logrará recuperar. "Es complicado fomentar una escuela si la mayoría de nuestros infantiles entrenan natación en Santa Úrsula. No se les puede pedir que estén de un lado para otro y mucho menos que paguen en los dos sitios", explica Juan Carlos Hernández, responsable del área, obligada a jugar la Segunda autonómica (competición extraoficial) al no cumplir con uno de los requisitos de la Federación Canaria para estar en Primera: presentar equipos en categoría infantil y alevín. "No tenemos espacio físico para que entrenen los niños. Así es muy complicado", lamenta a la vez que critica la "poca sensibilidad" de la Federación "para con nuestra situación". "Siento tristeza por cuanto el espíritu del colectivo deportivo queda reducido a un pequeño número de jóvenes, padres y madres que se ven afectados por la falta de infraestructuras en el municipio en cuanto a piscinas", explica.