El CB Canarias completó la rebelión de los "más débiles" y hace que la serie frente al Unicaja de Málaga se tenga que dirimir en el Martín Carpena mañana. El equipo de Txus Vidorreta volvió a exhibir una defensa portentosa, dejó en segundo plano a las estrellas malagueñas y compartió el balón para exhibir su juego coral.

La intensidad defensiva aurinegra no se negocia y en el comienzo esta resultó feroz. Una canasta de Richotti y un triple de Kirksay levantaron aún más la fogosidad aurinegra -dentro y fuera de la cancha-. Sin embargo, los malagueños empezaron a sacar rédito del rebote ofensivo, con segundas oportunidades convertidas. Un triple de Díez, el mejor visitante en el primer cuarto -siete puntos- igualó el choque a siete (4''). E incluso, tras un dos más uno de un enchufado Richotti -superó a Philips como segundo mayor anotador en la historia del Canarias en la ACB-, el Unicaja se puso por delante gracias al trabajo interior de Musli (10-12, 6''). Fue un espejismo. Doornekamp se mostró letal desde el perímetro. Un mate de Vázquez y cinco puntos consecutivos configuraron un parcial de 8-0 y un esperanzador 20-12 al final del primer cuarto.

El protagonista del primer partido, Eyenga, apareció con un mate tras robo en el inicio del segundo periodo. Tras mucho buscarlo, la penetración de White encontró petróleo, mas Eyenga puso a los suyos nuevamente a seis (22-16, 14''). El equipo de Joan Plaza también se aplicó en defensa y no dejó oportunidad para el juego exterior canarista. Kirksay devolvió el más ocho, pero Brooks acortó con un triple. Apareció Vázquez con dos canastas consecutivas y volvieron los exteriores a estirar la ventaja. Richotti, Kirksay y Doornekamp, este último sobre la bocina, hicieron suyo el 6,75. Al descanso, 39-27, con apenas 14 de valoración para los visitantes y 53 para los locales.

Parecía claro que el potencial ofensivo del Unicaja no se iba a quedar en una pírrica media de 13,5 puntos por cuarto. El intercambio de canastas se sucedió con un Jamar Smith que llevó la voz cantante. Salió del letargo al que se sumió un "pegajoso" San Miguel para anotar 11 puntos en poco más de cinco minutos (45-36, 24''). Pero el Canarias encontró fugas por medio de penetraciones, cuando no sacando el balón fuera para sus francotiradores. Como antes de arribar al receso, el triple de White voló, entró y sonó la bocina. Era un 59-45 tremendamente halagüeño.

La máxima -más 16- la puso Vázquez con un soberbio mate tras rebote ofensivo. Fue el pro del inicio del definitivo cuarto. La contra, las cuatro faltas personales que registraba el marcador canarista, cuando solo marchaban menos de dos minutos de juego. El Unicaja se agarró a los triples de Lafayette y de Eyenga (63-51, 34''), al arrojo de Suárez y al brillo apagado de Nedovic. La primera canasta del serbio llegó en los últimos minutos. A seis, el Iberostar entró en bonus. Un palmeo del omnipresente Doonekamp y un triple de San Miguel no dejaron bajar la diferencia de 10. Los andaluces intentaron un último empujón -se llegaron a poner a seis-, pero nuevamente emergió Kirksay para culminar un contragolpe. El sexto tapón del choque lo colocó un desatado Vázquez y White sentenció con dos tiros libres. El Unicaja acabó maquillando un marcador que manda la serie de nuevo a tierras andaluzas. El Iberostar Tenerife ya ha cumplido el objetivo marcado por Txus Vidorreta: ganar un partido en los "playoffs". Pero el desafío continúa, quién sabe si con alegrías por descubrir...