Para tener la opción de que Nico Richotti vuelva a levantar el cetro de la Basketball Champions League, tal y como sucedió el pasado 30 de abril en el Santiago Martín, el Iberostar Tenerife debe afrontar un total de 20 compromisos. Algunos de ellos llevan aparejados sempiternos desplazamientos para los insulares.

Es el caso del viaje hacia el debut canarista en la segunda edición de la competición. Los más de 4.500 kilómetros que separan a La Laguna de Ventspils han propiciado que la expedición canarista haya emprendido su primera odisea pocas horas después de medirse al Valencia Basket en la jornada dominical.

Con Aniano Cabrera -gerente y director deportivo de la entidad- a la cabeza, el CB Canarias cubrió ayer los más de 1.700 kilómetros entre el Aeropuerto de Los Rodeos y el Adolfo Suárez Madrid-Barajas de la capital de España.

Tras hacer noche en Madrid, esta mañana comenzó el atracón de kilómetros para llegar, un día antes del enfrentamiento, a la ciudad letona. El primer enlace aéreo desembocará en el aeropuerto de Fráncfort -Alemania-, después de casi 1.500 kilómetros.

Desde la ciudad teutona será preciso coger el tercer, y definitivo, aeroplano del trayecto, rumbo a la capital de Letonia, Riga -más de 1.200 kilómetros-. Los últimos 190 kilómetros de itinerario serán afrontados por carretera. Sin resuello, el conjunto de Nenad Markovic tiene prevista una práctica en el escenario de la contienda de mañana -17:00 horas-, el Olympic Center.

Es el primer gran desplazamiento. No será el último, ni el peor de la fase regular. Dentro de dos semanas, el Canarias visitará al otomano Gaziantep, una vez cubiertos más de 6.000 kilómetros...