El Iberostar Tenerife concluyó ayer su participación en la Copa del Rey de Gran Canaria, al caer, con toda justicia frente a un mejor Real Madrid (59-77). Buenos primeros dos cuartos y falta de acierto en los dos últimos y eso ante un rival como el conjunto de Pablo Laso, se paga. Pero esta derrota no empaña la buena Copa que el conjunto de Fotis Katsikaris ha hecho, ya no solo tras ganar al Valencia Basket, sino también por plantar cara al actual campeón de esta competición y que es todo un equipazo.

El Iberostar se va con la cabeza alta porque el equipo se entregó, tuvo fe y apostó desde el principio por la victoria, buscando alternativas ante las situaciones difíciles que le ponía el rival, pero si no hay aciertos en los lanzamientos y se pierde algún balón importante, el Real Madrid te castiga mucho.

El conjunto de la capital de España son doce jugadores de mucho nivel y para poder ganar tienes que estar muy bien los cuarenta minutos. Los tinerfeños estuvieron cerca de treinta minutos dentro del partido, con altibajos, pero con el marcador igualado, hasta que los blancos tomaron la directa hacia el triunfo que empezó a fraguarse a finales del tercer cuarto, con una defensa zonal difícil de atacar por los aurinegros.

Buen inicio del equipo aurinegro que, pese a empezar con algunos problemas en el rebote, supo corregirlos y logró, ya en el minuto cuatro de partido , ponerse por delante en el marcador (6-4). Los tinerfeños jugaban a los 24 segundos en ataque, no tenían prisa, querían parar el partido y castigaron duramente la falta de concentración defensiva de los madridistas, principalmente en el juego interior donde Edi Tavares perdía la visión de un buen Mike Tobey, que aprovechó estas situaciones. Con 12-7, triple de San Miguel y canasta de dos de Tobey para poner el 17-11, un parcial importante que le daba una ventaja a los tinerfeños ante un Real Madrid dubitativo.

Con problemas en tiros largos (solo hizo un 9% de tres puntos, 2/21), se creció el Iberostar Tenerife. Vio que podía con ellos, que lo preparado hasta el momento estaba saliendo (23-14 y 26-17) fueron las máximas diferencias. El equipo tinerfeño, pese a algunos problemas, se estaba gustando, movió bien el balón y su trabajo atrás estaba dando sus frutos, pero en las rotaciones el nivel varió, sobre todo en el equipo visitante que con la entrada de Rudy Fernández supo abrir la defensa con su acierto exterior. También Carroll puso en jaque a la defensa local y anotó siete puntos consecutivos para poner el 35-36. Pese a todo, los aurinegros llegaron bien al descanso y con una canasta de Javi Beirán terminaron por delante en el marcador (38-37).

Pablo Laso agotó el tiempo de descanso en el vestuario. No quería sorpresas, no quería perderse la final y tal como iba el encuentro podría tener problemas ante un Iberostar Tenerife que hasta el momento estaba jugando con más cabeza y concentración.

Lo cierto es que tras el descanso el equipo madridista salió mucho más metido en el juego. El Iberostar Tenerife también, pero no tenía acierto en ataque y eso era un problema grave. Pese a todo se mantuvo en el choque. Katsikaris utilizó todos los argumentos que pudo, entre ellos un triple cambio en busca de dar un giro al partido, después de que Campazzo anotara dos canastas importantes para poner al Madrid en un 40-43.

El Madrid dominaba el partido, pero no el marcador. El Iberostar Tenerife se agarraba a su defensa en busca de cambiar la dinámica del partido, pero atrás ya los de Pablo Laso estaban muy sólidos, con una defensa zonal que dificultaba el ataque canarista.

Sería al final del tercer cuarto cuando el Real Madrid daría la estocada definitiva. Rudy Fernández aportó su experiencia y acierto y Thompkins empezó a encontrar con más facilidad la canasta: 49-56 y diez minutos por jugarse.

El Real Madrid remató el partido en los primeros instantes del último cuarto. Alcanzó un parcial de 12-0 (49-64) ante un Iberostar Tenerife con errores en ataque ante la defensa zonal. Tiempo muerto de Fotis Katsikaris y pequeña reacción del equipo canarista para ponerse 53-64 con canastas de Tobey, muy activo durante todo el partido, y Abromaitis, pero Laso volvió a parar el partido. No quería problemas al final.

Tobey, de nuevo puso el 55-64 y fue el momento de Doncic que, con dos canastas consecutivas, una de ellas de tres puntos, llevó a su equipo a una diferencia de 15 puntos, ya muy difícil de recuperar.