Raúl Cámara no da por perdida la temporada. Sin dejar de admitir que no será una misión sencilla recortar una desventaja de siete puntos con el sexto puesto de la clasificación, asume el reto de intentar completar la remontada del Tenerife hacia la fase de ascenso.

¿Cómo definiría el momento en el que se encuentra el Tenerife?

Con los siete puntos de nueve que sacamos en los tres últimos partidos, hemos alejado los fantasmas del descenso. Quedan 14 jornadas, que es cuando se decide todo, y tenemos que dar un golpe en la mesa. Es verdad que el sexto está a una distancia grande, pero también es alcanzable y creo que el equipo tiene nivel suficiente para intentar luchar para engancharse.

¿Qué tal resultó el tránsito de Martí a Joseba Etxeberria?

Una destitución siempre es traumática, sobre todo en el caso de un entrenador tan querido en el vestuario y con el que vivimos tanto. Tuve una relación muy buena con él. Lo que pasa es que, muchas veces, cuando los jugadores no estamos a la altura y el rendimiento no es idóneo, lo pagan los entrenadores. Nos dio pena, pero el equipo ha sabido reaccionar. Al final, cuando llega un técnico nuevo y los resultados acompañan, coges confianza.

¿Entendió la decisión?

Ya se sabe cómo es el fútbol. La palabra paciencia no existe. Vives del momento, de los resultados... El entorno pedía un cambio. El trabajo que hizo Martí durante dos temporadas fue magnífico, pero el listón estaba muy alto. Ahora tenemos que mirar hacia delante, como en la vida.

¿Por qué cree que se fue apagando el proyecto de Martí?

Por los resultados. Jugando mejor o peor, no conseguimos mantener un nivel competitivo en casa y fuera. El equipo no estuvo a la altura. Y me refiero a los jugadores. No supimos tener el nivel que sí demostramos en otras ocasiones. A todo eso hay que sumar las bajas o la suerte, que forma parte del juego. Acabamos entrando en una dinámica complicada.

¿Qué pensó cuando supo que Etxeberria iba a ser su jefe?

Cuando hay un cambio y se va un entrenador querido, tienes un sentimiento de responsabilidad y de culpa. En cuanto a Etxeberria, las referencias como jugador eran increíbles. Lo encajamos y ya está.

¿Recuerda el día en el que coincidió con él en un partido, en un Athletic-Sporting de 2009?

Tenía la duda de si él estaba todavía en activo. Ha llovido. Fue en el viejo San Mamés. Es un honor haberme enfrentado a un jugador con una trayectoria que pocos tienen. Es parte del fútbol nacional.

¿En qué ha cambiado el equipo?

El equipo estaba dolido y se sentía responsable, y ha reaccionado, ha dado un paso al frente. Cuando hay un cambio, entra aire fresco, sales de la rutina y tienes la oportunidad de modificar la dinámica. Y el míster lo ha conseguido. Esta plantilla tenía fútbol y calidad, y él nos ha inculcado intensidad, agresividad y competitividad, que nos estaba faltando. Y hay otro factor que nos ha acompañado en estas tres jornadas, la suerte.

¿Qué variaciones destacaría en la forma de jugar del Tenerife?

Quizás, el equipo es más agresivo a la hora de robar el balón, es un poco más vertical y, a lo mejor, más disciplinado en defensa. Puede que ahora tengamos menos rigor con el balón, pero es algo que el míster también nos está pidiendo que tengamos; que no perdamos eso. Cuando se produce un cambio de entrenador, los jugadores quizás estamos más pasados de revoluciones, pero se ha visto que el equipo ha mejorado en estas tres últimas jornadas.

¿Le han sorprendido los fichajes de enero, Milla y Mula?

Son jugadores de mucho nivel. En el caso de Milla, no sé cómo estaba en Segunda B. Es súper completo, es joven y tiene muchísima proyección. Y Mula está demostrando que viene de Primera. Tiene un perfil que quizás no teníamos. Es muy vertical, muy extremo. Han entrado bien, están aportando cosas y han mejorado al equipo, haciéndolo más competitivo.

En su caso, ha vuelto a jugar en la izquierda. ¿Qué tal lo lleva?

Hacía tiempo que no jugaba ahí, pero todo lo que sea estar en el verde, perfecto. Es lo que quiero, disfrutar. Me da igual el puesto. Si puedo ayudar y sacamos resultados positivos, estoy contento.

¿Le gustan los nuevos hábitos: los desayunos, la cena en grupo el día anterior de los partidos...?

Es algo que muchos clubes ya hacen: concentrar a los jugadores, desayunar y comer juntos... Se trata de profesionalizar más una parte que entra dentro de la vida del deportista. Lo veo muy bien.

¿Queda margen de mejora?

El míster lleva solo tres semanas y el equipo tiene que ir creciendo. Espero que sigamos hacia arriba, sumando puntos y mejorando los números, que es complicado, porque hasta ahora no habíamos acumulado siete puntos de nueve en esta temporada. Y este domingo tendremos una oportunidad en un partido que podría ser clave de aquí al final.

¿Qué le dice que el Nástic sea el segundo peor local de la Liga?

No me fío. Cuando hemos ido al campo de un equipo que llevaba un tiempo sin ganar, hemos servido de estímulo para el rival. Sí miro que la distancia con los de arriba es grande, pero si ahora logramos una victoria fuera de casa, conseguiremos hacer muy buenos los siete puntos anteriores, y luego recibiremos a un rival de arriba (Real Oviedo) sabiendo que, en el caso de ganar, nos podremos acercar más y tendremos un empujón al venir de abajo hacia arriba. Eso es lo que queremos todos.

Percibo optimismo.

Debo serlo. Y pasa por Tarragona, por intentar ganar, por recortar puntos y por acercarnos un poco más arriba. Luego recibiremos al Oviedo en casa. Si enlazamos cuatro o cinco semanas sin perder, a lo mejor nos vemos más arriba. Está claro que hay muchos clubes implicados y un montón de enfrentamientos directos, pero ¿por qué no sumarnos a ese pelotón y luchar por ello? ¿Que está difícil? Sí. El déficit de rendimiento nos hizo perder muchos puntos y, ahora, cada tropiezo que tengamos o cada distanciamiento que se produzca, puede convertirse en una losa grande. Pero pelearemos. Hemos estado en situaciones incluso peores y casi nos hemos enganchado arriba. ¿Por qué no? El equipo tiene nivel suficiente. Las últimas diez jornadas en Segunda son muy duras y, en nuestro caso, ya no tenemos nada que perder, pero sí mucho que ganar.

¿El "efecto remontada" puede ser más potente en el Tenerife que en muchos otros clubes?

Son dinámicas, estados de ánimo. Si logramos tres victorias y un empate en cuatro jornadas, recibiendo luego al Oviedo, a lo mejor la gente se engancha y ve que podemos estar ahí. Formando ese vínculo y recuperando la conexión con la grada, el equipo se hará mucho más fuerte.

Acaba contrato en junio. ¿Le preocupa no tener claro su futuro?

Ahora es el momento de estar centrado en intentar ganar al Nástic y pelear hasta el final por engancharnos arriba. Lo otro, si tiene que venir, ya vendrá.

¿Le gustaría seguir?

Evidentemente, si surge la posibilidad de que siga, estaré encantado de la vida. Llevo cinco temporadas aquí, tengo raíces en la Isla y tanto yo como mi familia estamos muy a gusto. Todo lo que sea seguir, será una buena noticia.

La camiseta de Cámara, en la colección de Quini

Raúl Cámara coincidió con Enrique Castro "Quini" durante cuatro temporadas en el Sporting, siendo el lateral madrileño integrante de la primera plantilla rojiblanca y "El Brujo", fallecido el martes por la noche, delegado del equipo. El jugador del Tenerife confesó que la noticia de la pérdida del mítico delantero "empañó" su cumpleaños. "Es de las mejores personas que he conocido en el mundo del fútbol", destacó trasladándose a una etapa de su carrera que duró seis temporadas, las dos primeras como jugador del Sporting B. De las numerosas anécdotas que guarda de su convivencia con Quini, quiso compartir una, la más reciente. "Fue un honor aprender de él y compartir cuatro años a su lado, día a día. No llegué a verlo en el campo como jugador, pero sus números están ahí. Se trata de una pérdida que Gijón y el fútbol español vamos a llorar mucho. Todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo veíamos desde el primer instante la clase de persona que era: se desvivía por uno, era humilde... La última vez que viajé a Gijón, hablé con él y tuve el gran honor de que me pidiera mi camiseta, porque estaba haciendo una colección con uniformes de todos los equipos. Me arrodillé para dársela".