La jerarquía del Barcelona, en busca del trigésimo título de Copa y cuarto consecutivo, y el crecimiento del Sevilla en los últimos quinquenios, con diecisiete finales en distintos torneos, se miden en una final que se estrena en el Metropolitano.

El Barcelona llegará a Madrid relativamente fresco, debido a que Valverde concedió descanso en el último choque a casi todo el equipo titular. Piqué, Sergio Busquets e Iniesta ni viajaron a Vigo, y tampoco lo hizo Iván Rakitic, que se quedó en Barcelona recuperándose de una fractura del primer dedo de la mano izquierda. Jugaron en el segundo tiempo en Balaídos Messi y Sergi Roberto. La final la volverá a jugar Jasper Cillessen, el meta titular en la Copa. Y solo cabe la duda de, si al final están aptos los renqueantes Sergio Busquets e Iván Rakitic, si Valverde se atreverá con un 4-3-3, lo que habilitaría a Dembélé junto a Messi y Luis Suárez en punta, o bien por el 4-4-2, en el que Coutinho podría entrar junto a los tres clásicos del centro del campo: Rakitic, Sergio Busquets e Iniesta.

Ante ellos llega el Sevilla con unos dientes de sierra en su rendimiento y con lagunas en el juego que dejan dudas para medirse al potente rival.

En la Copa también llegó con autoridad en la final, incluido el pase en los cuartos ante el Atlético, al que ganó en el escenario del partido del sábado por 1-2 y también en Sevilla por 3-1.

En cualquier caso, el equipo llega a esta final con siete partidos consecutivos sin ganar -cinco de liga y dos europeos-, con tres derrotas y cuatro empates en los que la tónica general fue la falta de efectividad cuando se presenta ante el marco rival.

La plantilla sólo cuenta con la baja del central danés Simon Kjaer, lesionado hace un par de semanas. Así, pocas incógnitas se plantean en el "once" inicial que Montella ha hecho que se sepan de carrerilla los sevillistas, solo con la duda del jugador que actuará en punta, puesto para el que habitualmente optan Luis Muriel y el Ben Yedder pero en el que también tiene opciones Sandro Ramírez, quien lo ha hecho bien en las últimas oportunidades que gozó.

En cualquier caso, el equipo estará apoyado por una masa de 24.000 aficionados.

"Aquí, ganar es obligado"

El entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde, admitió que "ganar" en el club azulgrana "es una obligación" y negó que el hecho de que algunos de sus jugadores encadenen cuatro Copas del Rey consecutivas "no significa que no se dé importancia" a la final. "No puedes pensar que tienes algo ganado de antemano y pensar que has ganado la final, que has pasado la eliminatoria de la Liga de Campeones y que has ganado la liga. No hemos ganado nada". Asimismo, destacó que su rival "tiene recursos para jugar de muchas formas" e instó a sus jugadores a "superar la adversidad que te plantea el contrario", dijo Valverde, quien eludió hablar de la polémica sobre la posible pitada al himno.

"El rival es formidable"

El entrenador del Sevilla, Vincenzo Montella, afirmó que

"es un partido muy importante. Estamos en la final, una cosa bonita. En la Champions hemos hecho una buena competición pero en la liga hemos perdido muchos puntos y ahora estamos luchando por ser quintos o sexto y estar en la Europa League", comentó. "Ahora hay una posibilidad de ganar la Copa ante un equipo formidable y tenemos la posibilidad de entrar en Europa un mes antes de acabar la temporada", subrayó Montella, quien, no obstante, reconoció que "es una pena no jugar el próximo año la Champions, en la que el Sevilla ha demostrado que puede competir". El napolitano señaló que tiene "una idea de equipo" para la final pero que no lo ha "decidido en su totalidad" y que es "difícil" para él "elegir a dieciocho y que alguno se quede en la grada".