El Tenerife ha conseguido minimizar las consecuencias de la derrota en el anterior partido en casa, al menos en el plano disciplinario.

La semana pasada evitó que el Comité de Competición sancionara a Carlos Ruiz con un partido -le fue anulada la segunda de las dos tarjetas amarillas que recibió-, y ayer recibió la noticia, por parte del Comité de Apelación, de la reducción del arresto de Raúl Cámara, de tres a dos encuentros -podrá volver a jugar el sábado que viene-, y de la suspensión cautelar de la clausura, por un partido, de la grada de la que fue lanzado el objeto que golpeó a la asistente de el duelo entre Tenerife y Huesca.

En el caso de Cámara, el club logró que Apelación le impusiera una sanción de grado mínimo y no de grado máximo, como sí consideró Competición. Ciñéndose a la redacción del acta, elaboró un recurso en el que demostró que Raúl había cometido "una sola acción digna de reproche" y no dos.

En cuanto al cierre del sector de San Sebastián, a Apelación le resultó imposible "resolver sobre el fondo del asunto y las posteriores consecuencias" sin tener la resolución definitiva del expediente, por lo que aceptó conceder la suspensión cautelar de la sanción.

Todo, con vistas a un partido en el que el Tenerife necesita ganar para seguir apurando sus opciones de llegar a la zona de "playoff".