Juan Carlos Real volvió a brillar el pasado sábado ante la UD Almería. Las buenas sensaciones que transmitió no sirvieron para que el equipo convirtiera el empate en victoria, pero el gallego volvió a sentirse importante después de muchas semanas en el ostracismo. Lo ha pasado mal, pero nunca ha bajado los brazos.

¿Cómo se lleva la semana después de decir adiós al "playoff"?

Llevamos una racha de cuatro partidos que nos ha alejado esa ilusión de estar ahí arriba. Pero quedan otros cuatro y vamos a intentar ganar el máximo.

¿Qué análisis hacen de lo sucedido en el último mes?

Las tres derrotas son diferentes. En León hicimos una mala primera parte. Pero luego nos volcamos y merecimos al menos empatar. Era lo que nos pasaba antes, que nos penaliza un tiempo. Luego quieres reaccionar y ya es tarde. Contra el Huesca, la expulsión nos mató. Habíamos sido mejores que ellos. El día del Rayo, aunque no sea una excusa válida, jugamos un buen partido en el campo del líder y ese penalti? No sé, hasta contra el Almería merecimos más.

¿Pero se veían jugando el "playoff" antes de esta mala racha?

Sí, desde luego. Sabíamos que había muchos equipos por delante, pero llevábamos una tendencia buenísima y creíamos que podíamos estar ahí. El caso es que sabíamos que podíamos fallar poco y esta mala dinámica de ahora nos ha complicado.

Ese es el problema, el escaso margen de error que tenían.

Si estás en noviembre, hay que tener paciencia porque queda mucha Liga. Ni en marzo es tarde, como se vio cuando conseguimos una racha buena de resultados. Estuvimos cerca, con opciones. Pero si lo que hiciste a principios de temporada en cuanto a puntos no es de notable alto, todo es más difícil. Pero no debimos presionarnos tanto en octubre o noviembre.

¿Qué ha fallado entonces?

La racha que tuvimos desde principios de temporada fuera de casa. Por unas cosas o por otras, no nos encontrábamos. No dábamos el nivel la mayoría de las veces y veníamos a casa con la necesidad de ganar. Si lo hacías, te ibas fuera con esa ansiedad otra vez. Las expectativas de estar arriba desde el principio también afectaron. Había potencial y sentíamos la obligación. Eso también nos pesó. Si encima fallas fuera y no ganas en casa, entra más ansiedad.

¿Qué parte de culpa tienen los jugadores en lo sucedido?

Creo que toda. Martí se comportó igual, tanto en las victorias como en las derrotas. Trabajó siempre igual. Es algo más de los jugadores, que veíamos que nos costaba tanto ganar fuera que nos bloqueamos.

¿Entonces la llegada de Joseba Etxeberria les desbloqueó?

El equipo estaba en una dinámica mala y era imposible aislarse de lo que había alrededor. La gente pensaba que no estábamos dando el nivel y nosotros lo sabíamos. La bola va creciendo, te lo vas creyendo, empiezas a ver todo negativo, te ves en mitad de tabla, lejos de los de arriba, con muchas dificultades para ganar fuera? Luego llega el nuevo entrenador y es verdad que cambian las sensaciones y cambia el entorno. Desbloquea a la gente y nos liberamos. Estuvimos más sueltos, recuperamos la ilusión y nos comportamos como si empezara una temporada nueva. Éramos conscientes de que el entrenador anterior estaba fuera por no haber hecho las cosas bien, pero también nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidado disfrutar del trabajo y del fútbol. Pudimos recuperar eso y ser un equipo alegre.

¿Se llegaron a sentir inferiores a los rivales directos?

Hubo cierto momento, sobre todo fuera de casa, en el que el equipo se creía pequeño. Igual que sucedía al contrario en el Heliodoro. Viniera el rival que viniera, con los jugadores que tuvieran, sabíamos que los íbamos a morder y lo iban a pasar mal. Pero fuera nos metimos en la dinámica mala y acabamos pensando todo lo contrario: que si el viaje, que si la mala racha, que si las dudas? Con el cambio de entrenador cambiamos el chip y empezamos de cero.

A usted el cambio no le ha venido tan bien porque dejó de jugar.

Sí, pero esto es fútbol. Siempre he estado a disposición del míster. Es verdad que llevaba unos buenos números en partidos, minutos, goles y demás. Pero el míster tiene otra idea y ha decidido prescindir de mí en la mayoría de partidos. Yo lo que he hecho es no dejar de trabajar con la idea de quitarle la razón.

¿Cuestión de idea futbolística?

Sí, es una cuestión de gustos, de ideas futbolíticas. Con lo que había hecho anteriormente, ya había demostrado que podía tener más oportunidades. Pero quizás el entrenador, con su visión de llegar más por banda y tener gente más agresiva y más intensa, no me ha visto en esas. Pero creo que he demostrado que puedo jugar de varias formas y no solo apostando por tener el balón.

Por ejemplo, el otro día.

Siempre que entras un rato intentas hacer lo mejor posible. El otro día fueron buenos minutos, aunque quieres hacer muchas cosas en poco tiempo. Lo que intenté fue aprovechar la oportunidad, como hago siempre. Y si no la tengo, pues trabajo en cada entrenamiento.

¿Lo ha pasado mal?

Quedarse fuera del equipo no es lo mismo que perder un poco de protagonismo o jugar unas veces y otras no. Estar fuera de los dieciocho y no viajar es complicado. Pero creo que he mantenido una buena actitud en el día a día, siempre respetuoso con el entrenador y mis compañeros. Quedan cuatro partidos y lo que voy a hacer es intentar ponérselo difícil y jugar todo lo que pueda para ayudar al equipo.

A usted le queda contrato por una temporada más. ¿Se plantea una salida si continúa Etxeberria?

Eso evidentemente influye. Pero es algo que, de momento, yo no sé y tampoco puedo controlar. Cuando se decida, supongo que hablará el club con el representante y el jugador, pero me quedaré si quieren seguir contando con mis servicios. Mientras tanto, a acabar la temporada lo mejor posible tanto en el plano individual como en el del equipo, que es lo más importante. Tengo contrato, como dices, y creo que he demostrado que puedo jugar aquí. Es verdad que el verano es muy largo, pero ahora mismo no me planteo otra cosa.