El alero de Cleveland Cavaliers LeBron James ha confesado que jugó los tres últimos encuentros de las Finales de la NBA ante Golden State Warriors, que esta madrugada se proclamó campeón (4-0), "con la mano rota", aunque no ha especificado cómo se produjo la lesión, pero sí que se debió a que estaba "muy enfadado".

"Dejé que mis emociones me superaran y básicamente jugué los tres últimos partidos con la mano rota. Eso es lo que pasó", explicó ante los medios de comunicación después del encuentro en el Quicken Loans Arena (85-108).

Según informan medios estadounidenses, el de Akron, de 33 años, podría haberse producido la lesión después de dar un puñetazo a una pizarra tras la dura derrota en el primer encuentro de la serie. "Fue por mi culpa. Estaba muy nervioso, por muchas razones, después del primer partido", manifestó.

"Sabíamos lo importante que era ese primer encuentro como visitante para nuestro equipo, lo que hubiera significado ganar (...). Lo que hicieron los árbitros... Estaba muy enfadado, sentí que nos habían arrebatado el partido. Oportunidades como esas, de visitante y ante los Warriors, no se presentan habitualmente", concluyó.

James perdió esta madrugada su oportunidad de seguir luchando por su cuarto anillo, tras los conseguidos en 2012, 2013 -ambos con Miami Heat- y 2016 -con Cleveland Cavaliers-.