Amine El Mehdi Benatia Mouttaki (Courcouronnes, Francia, 17/04/1987) es el espejo en el que se miran muchos futbolistas marroquíes que nacieron fuera del país y se encuentran en la disyuntiva de escoger una selección con la que competir. "Elegí Marruecos porque me dejé guiar por el corazón", explica sonriente. A sus 31 años, este central de la "Juve" está debutando en un Mundial. Ha cumplido su sueño. Aunque la vida no siempre fue sencilla para él.

Nacido en una localidad a las afueras de París, se formó en las categorías inferiores del Olympique de Marsella. Llegado el momento de dar el gran salto al profesionalismo, no halló los minutos que necesitaba y tuvo que salir cedido. El Clermont Foot, de la Ligue 2, fue su refugio. "Para mí, lo más importante era tener minutos", recuerda. Entonces apareció el Udinese, el club cazatalentos por excelencia. Pagó por él 500.000 euros en enero de 2010 y se hizo con un puesto en el primer equipo, coprotagonizando una de las mejores campañas en la historia del club del Friuli. El tercer puesto en la Serie A de la 11/12 puso a sus estrellas en el escaparate y Benatia fue traspasado al Roma por 17 millones. En dos años había multiplicado su valor por 34.

En Roma hizo olvidar a Marquinhos, traspasado al PSG, y colaboró en el subcampeonato. En 2014, FC Barcelona y Bayern de Munich pelearon por hacerse con sus servicios. Los alemanes se llevaron el gato al agua a cambio de 26 millones. Después de ganar la Bundesliga, la llegada de Hummels le dejó sin hueco y se marchó cedido a la "Juve". Allí ha cerrado el círculo. Es feliz (su club ha decidido activar la opción de compra fijada), ha sido campeón de la Serie A y ha llegado al Mundial con Marruecos. "Siento orgullo por conducir un grupo de jugadores que irá a representar a toda una nación", ha dicho.

De los 23 convocados hasta 16, aparte de Benatia, nacieron fuera de sus fronteras: Bounou (Canadá), Munir Mohamedi y Achraf (España), Da Costa, Saïs, Belhanda, Boutaib, Harit, Fajr y Benasser (Francia), Ziyech, El-Hamadi, N. Amrabat, Y. Amrabat y Bousouffa (Holanda) y Mehdi Carcela (Bélgica).

Benatia ni siquiera lo tuvo fácil en esta elección, puesto que había jugado con la sub''16 francesa (allí coincidió con Benzema y Nasri) y tuvo que realizar un largo procedimiento administrativo para lograr la nacionalidad marroquí. Ni eso le frenó. Para entender la personalidad de este hijo de padre marroquí y madre argelina que salió de los suburbios para llegar a la primera clase mundial del fútbol, hay que fijarse en los hechos. En marzo de 2017, a poco más de un año para la cita de Rusia, renunció a acudir a una convocatoria con la selección: "Con Marruecos solo debe ir quien sea titular en su club. Sabéis el afecto que siento por mi país y, con gran emoción, he decidido renunciar a la próxima convocatoria de la Selección, y así lo haré hasta que no cambie mi situación en mi equipo".

El central del Juventus, que hoy se despedirá del Mundial junto al resto de "Leones del Atlas", es algo más que el hombre que cometió el penalti sobre Lucas Vázquez en la eliminatoria de Champions contra el Real Madrid. "Cada vez me decepciona más este mundo del fútbol", dijo entonces insistiendo en que el contacto había sido demasiado leve para señalar la pena máxima. Hoy se reencontrará con el futbolista que le provocó, sin querer, su peor pesadilla.