El Luzhniki, el estadio emblemático del Mundial de Rusia 2018, proclamará hoy a los nuevos reyes del fútbol. Los elegidos saldrán de un choque inesperado entre Francia y Croacia, dos equipos que comenzaron el torneo fuera del grupo de grandes favoritos y que le otorgarán un soplo de aire fresco.

El nuevo rey será Francia, que tratará de obtener el segundo título, o Croacia, que intentará convertirse en el noveno campeón.

Deschamps ha conseguido hacer una selección muy a imagen y semejanza que aquel equipo que se coronó en Saint Denis en 1998 con Zidane estelar y decisivo al superar a la Brasil de Ronaldo en la final, aunque para ello tuvo que dejar en la cuneta en semifinales, precisamente, a Croacia, aquel equipo que sorprendió a todo el mundo y tocó la gloria con los imborrables Suker, Boban, Prosinecki, Jarni, Bilic e Igor Stimac, entre otros.

Francia ha sabido encontrar una fórmula que mezcla la sobriedad y la firmeza atrás con la calidad hacia adelante de Griezmann y el vértigo de Mbappe. Ambos se postulan, por otro lado, a ser elegidos mejores jugadores del torneo y quién sabe si al Balón de Oro y al The Best de la FIFA, galardones a los que llegaría ese aire fresco.

Aspira también, aunque obviamente sea lo menos importante para los protagonistas, Luka Modric, capitán y referente de esta Croacia junto a Ivan Rakitic.

Los ajedrezados ya ha hecho historia al plantarse en la final, pero no quieren parar ahí. Este equipo quiere escribir aún una página más brillante. Tácticamente se presenta una final muy interesante. Habrá que ver, de partida, cómo se ha recuperado la selección croata, que llega con un choque más disputado por las tres prórrogas acumuladas. Buena parte de sus futbolistas acabaron fundidos el duelo ante Inglaterra y, aunque Zlatko Dalic confía en contar con todos los habituales, hasta el último momento no se sabrá. Por carácter, confianza y fe no será. Ya lo han demostrado todos. A Rakitic no le pudo ni siquiera una fiebre de 39 grados la noche previa a la semifinal. A Mandzukic no le impidió marcar el agotamiento. Modric siguió creando. Perisic reencontró su mejor versión cuando peor pintaban las cosas. Croacia no partirá, en este sentido, en desventaja. El momento, histórico, así obliga a actuar.

Lloris: "Será una batalla"

El capitán de la selección francesa, el portero Hugo Lloris, auguró que la final será "una batalla" y pidió a sus compañeros que traten de imponerse "con convencimiento y determinación". El guardameta galo consideró que "el aspecto mental puede ser decisivo", por eso hizo un llamamiento a la "concentración". "Es el momento de dar el máximo y de imponernos, con convencimiento y con determinación", subrayó.

Su duelo con Subasic

Los porteros de Francia y Croacia son protagonistas por sus paradas en un Mundial donde otros -como De Gea, Muslera o Caballero- han sido señalados por sus errores. La hoja de ruta de Lloris es intachable y la de Subasic incalificable. Emuló a Goycochea al parar penaltis en dos tandas distintas de un mismo Mundial, ante Dinamarca (octavos) y Rusia (cuartos).

Didier Deschamps remarcó que sus jugadores deben afrontar el partido "con calma, concentración y convencimiento".

Sobre esas palabras se sustentarán las posibilidades de éxito de la escuadra gala. "Cuando eres jugador eres un actor; esta vez estoy al servicio de mis jugadores porque el partido depende de ellos. Mi éxito es su éxito", comentó el preparador de Bayona. "He intentado transmitirle a los jugadores que están probablemente ante el partido más bonito de sus vidas. Es un privilegio jugar este partido. No hay nada más importante", señaló. "La calidad del equipo croata es evidente. Tiene jugadores experimentados, que compiten en algunos de los clubes más importantes del mundo y con un gran recorrido", analizó.

Zlatko Dalic quitó "presión" a sus jugadores y aseguró que, "pase lo que pase", se sentirá "orgulloso" de sus pupilos. El técnico bosnio solo pidió a sus jugadores que "disfruten". "No voy a poner presión en ellos antes de este partido. El mundo nos estará mirando y yo solo diré: Id y haced vuestro mejor fútbol", adelantó. Dalic explicó que todos están "preparados para competir con dignidad". "Si ganamos el trofeo, nadie va a estar más orgullosos que nosotros. Y si perdemos, felicitaremos a nuestros rivales. Estamos aquí para disfrutar de esta final", insistió. "Ganemos o perdamos, pasará algo grande en Croacia. Estamos motivados y confiados en poder ver a 4,5 millones de personas celebrando la victoria", sostuvo el seleccionador de Croacia en rueda de prensa.